Aunque ando escribiendo en otras carpetas de mi mac no puedo resistir dejar unas palabras en estos días...
Cuando la vida te viene de cara, cuando las cosas encajan, cuando los besos son correspondidos, cuando el cariño es mullido y la pasión nos envuelve y nos protege... se acaban las palabras. Los silencios son elocuentes cuando la vida nos responde...
En esos días dulces y rojos, en esos días amables e intensos... las únicas palabras que sirven son las palabras regalo... las palabras milagro. Sonidos que suenan conocidos, sílabas que se unen solas y letras que rebosan agradecimiento. Bastaría tal vez con pronunciarlas pero entran ganas de paladearlas, saborearlas, gritarlas o proclamarlas. Porque nos sentimos tocados por la gracia, acariciados por la vida, abrazados por la suerte.
Un regalo es un milagro que transforma un día gris en un estallido de emociones que discurren por los adentros. Un milagro es un regalo que no merecemos pero que acogemos con la humildad del que se sabe pequeño en sus miserias pero enorme porque es amado. Tu amor me hace grande y por eso la vida te está llenando de palabras-regalo, de palabras-milagro.