palabras "de viaje"

viernes, julio 13, 2007

Cuando uno emprende viaje prepara con cuidado y esmero cada detalle. Los libros que leerá, la ropa que necesitará, las expectativas que cubrirá y las que quedarán insatisfechas... y también las palabras. Las guías de viaje se empeñan en enseñarnos a decir "disculpe" "cuánto es" "por favor" "gracias" "por dónde se va" en cientos de idiomas, con miles de matices, con expresiones "culturalmente aceptadas"... Y las palabras así se van gastando y aparecen como torpes bastones de supermercado que un despistado caminante de todo a cien esgrime como elemento indispensable para comunicarse con los "indígenas" del lugar (sean éstos elegantes nubios al borde de las aguas del Nilo, payeses acogedores de la albufera fenicia o campesinos sencillos de la galaica costa...) Y las palabras se van gastando y toda la comunicación posible se queda en transacción vergonzante de la vida real de aquellos a quienes visitamos por nuestra cruel moneda de cambio de turista. Y las palabras se van gastando y, al final, apenas hemos cruzado unas líneas con quienes habitan los lugares que se nos regalan en el viaje.

Las palabras "de viaje" están hechas de miradas, de silencio, de contemplación y escucha atenta... Son más útiles unos ojos abiertos y unos oídos atentos para captar la belleza de un lugar, de sus gentes, de su CULTURA (así con mayúsculas que es la más minúscula de las palabras, la más pegada a la piel de los que la viven)... que cualquier versatil diccionario o guía o mapa.

Las palabras "de viaje" están hechas de ilusión, de generosidad y renuncia. Del voluntario olvido temporal de nuestra propia identidad, que nos ayuda a entender lo que vemos, lo que oímos, lo que sentimos... Porque el verdadero viaje es el que nos arranca de adentro afuera, nos empuja a mirar, nos enseña a escuchar... Nos permite un breve descanso... de nosotros mismos.