M.

lunes, mayo 09, 2011

Tengo ganas de conocerte. LLevo 48 horas mirando el vientre de tu madre y ahora sí: tengo ganas de conocerte. Te envidio M.... porque estás sin hacer, porque estás por hacer y por nacer. Te envidio porque tienes el alma nueva, por estrenar. Ojalá florezca como el sol rompe la niebla en este día gris.

Naces en un día en el que el mismo Dios se ha indignado con los que "no dan fruto", se ha enfurecido con los que comercian con los sueños. Has nacido en un día de ira y rabia contenida, la misma que pareces traer contigo. Que la santa indignación no te abandone nunca. Que la injusticia no te sea nunca indiferente. Que la verdad se venga a tu rostro como el rubor a las mejillas de tu madre cuando la miro como ahora.

DÍAS DESPUÉS.

Te has hecho esperar y has llegado "dando guerra". Desde el primer día hemos entendido lo que significa vivir con el "alma en vilo". "No apaguéis la llama que titila ni quebréis la rama tronchada". Así has dejado nuestras vidas: colgando del hilo de tu sonrisa, encogidas en el vientre de tus miedos... atrapadas en el tiempo de tus latidos.

Durante un instante se nos paró el corazón porque su impulso no alcanzaba el resuello de tu llegada. Durante un segundo solo fuimos temor y temblor ante una vida que se abre paso a zarpazos, hincando las uñas en la tierra.

Estas palabras tiene un "punto" exhibicionista. Lo sé. pero has reventado las costuras de nuestras vidas y ya no nos caben dentro ni las palabras ni el agradecimiento.

Has nacido entre el dolor de tu madre, las lágrimas de tu padre, el miedo de tu familia y la oración y el cariño de los amigos. No hay mejor colchón en el que recostar tu frágil cabecita. Nos has ensanchado el aire y el tiempo se ha dilatado hasta borrar sus límites. No hay noches ni días. SOLO TIEMPO DE GRACIA.