MIRADAS-PALABRA

jueves, agosto 31, 2006


Hay miradas que son más que palabras. Hay una manera tierna, honesta, compasiva de mirar el mundo. Hay miradas que curan con belleza una realidad herida y ultrajada. Hay miradas-bálsamo que tienen el don de ver allá donde nadie ve... Hay miradas que acarician la vida de aquellos en quienes se posan porque la respetan, porque la depositan en una imagen con el cuidado de quien porta la vida entre sus manos...

Las imágenes y fotografías de Nicaragua y sus gentes y seguro que muchas más que robaré con su permiso son de Asun Utande. Gracias también por tu mirada.




La niña de las chinelas. Nicaragua VI


La niña de las chinelas sueña con viajar a España. Irene, Marta, Oscar... son tantos cheles los que han vivido donde su tía Marina que allí, al otro lado del oceáno, tiene ya un trocito grande de su pequeño corazón. La niña de las chinelas sonríe y toda la belleza de este país brilla en sus ojos negros igual que surge del negro presente la esperanza que rebosa en el rostro de una niña de apenas 12 años.

A la niña de las chinelas le han regalado una cámara. Hizo fotos a su tía Marina cocinando, a su tío en el campo, a Miguel sacando las vacas a pastar, al cerro, a los carros que pasan por el camino... a su yegua Asabranca... Ha adornado su máquina con pequeños corazones que llegaron en la última carta de Tita. Corazones de colores, brillantes, verdes, azules y amarillos. La niña de las chinelas mira su tierra a través de la cámara y a través de los ojos de la esperanza. La niña de las chinelas cree en el futuro.

A niña de las chinelas le encantan las adivinanzas. Puede pasarse horas sentada junto al fuego de la cocina, casi a oscuras recitando acertijos. La sonrisa de la niña de las chinelas es una adivinanza que esconde su respuesta en unos ojos que miran al infinito y se pierden en sueños infantiles que se funden con los de un país al que no dejan crecer.

La mañana que subió al cerro la niña olvidó sus zapatos. Al bajar la pendiente negra de arena y piedras con sus chinelas casi rotas la niña mira atrás y como un susurro se le escapa un deseo: ¿imaginas poder volar, como los pájaros?

Tololar-Palo de Lapa. Nicaragua V

A las mujeres del Tololar

Desde la vieja Cartonera hasta Los Pozitos el camino recorre, atraviesa, une y separa la comunidad dispersa, arrojada entre los campos de maní como sembrada o desparramada por el paso de un huracán. A tan sólo 15 km de León (cerebro de toda la nación) la comunidad del sector rural noreste vive anclada en un tiempo que parece mágico: un tiempo de hamaca y paso de viejo caballo indio, un tiempo de camino de polvo negro de volcán. Jalan el agua de los pozos que cavaron sus padres arrancandole el agua a una tierra tantas veces hostil. La luz eléctrica llegó hace apenas un año a muchas de las casas aunque hoy por hoy siguen muchas veces a oscuras por gracia de la compañía transnacional (española en este caso) que les vende una energía que no les da. Cuentan los propios del lugar que el camino quedaba al ras de los "ranchitos" pero las lluvias y el Mitch lo dejaron escondido a dos metros de las vallas que protejen sus pocas gallinas, sus chanchos y sus tres cabezas de ganado.

Un autobús sale a las 7 de la mañana de León y otro a las 11:30. El trajín de caballerías y bicicletas con pasajeros que desafían lo razonable pueblan el camino el resto del día. Al llegar uno siente que esta es "otra Nicaragua". Los hombres (y sobre todo las mujeres) del Tololar son de aquellos que han aprendido a arrebatarle a la tierra lo que esta tantas veces les niega. Representan al pueblo que se cae y se levanta una y otra vez; y en la desgracia sonríe, comparte, y acoge al visitante con agradecimiento. Mantienen la dignidad del huésped como si fueran de la realeza en los tiempos antiguos (sus rostros y sus maneras son dignas de reyes aunque sus vestidos y sus manos los identifiquen como campesinos). Son acogedores, tiernos, honestos y siempre dispuestos a la celebración y a la vida. Cualquier excusa es buena para juntarse bajo un palo de mango para platicar, dar la bienvenida o despedir a los amigos.

Los nuevos terratenientes han comprado sus tierras o las alquilan o las usurpan para arrasarlas con grandes cultivos de maní que tarde o temprano destrozarán el suelo y el futuro.

Y pese a todo la comunidad sigue unida, eligiendo a sus líderes, asociándose, creando cooperativas para sobrevivir y para sembrar (más que yuca) futuro y esperanza... Siguen mejorando sus escuelitas, reuniendo a los padres, diseñando planes que les saquen de la miseria en la que la naturaleza (y el sistema) se ha empeñado en hundirlos.

Tita quiere ser Luz Marina, líder de su comunidad y maestra, fundadora de la cooperativa textil y delegada política del Frente. Tita quiere vivir en una casa oscura con una cocina de leña, acoger a sus sobrinos como a hijos y mantener la fuerza y la bravura que da saberse mujer-volcán. Tita quiere ser Luz Marina y subir por fin al Cerro Negro, el volcán que tantas veces les ha maltratado regándolos de lluvias de cenizas. Tita quiere ser Luz Marina y guardar (como guarda el cerro) bajo sus maneras lentas y tranquilas toda la rabia y la energía para tranformar un "sur" que quiere ser compañero y no mendigo del "norte", un "sur" dormido como el volcán que les contempla, un "sur" lleno de vida siempre a punto de estallar.

Ideologías. Nicaragua IV

viernes, agosto 18, 2006

La Revolución es un sueño que se hizo añicos y clavó cristalitos en el alma de hombre y mujeres de bien, helándoles las ilusiones, hiriéndoles la esperanza o sangrando para siempre las ganas de transformar el mundo. Pequeñas esquirlas de aquel quebranto se remueven en la conciencia de los "siempre militantes" y les devuelven el dolor y la fortaleza de ayer. Los restos del naufragio siguen recogidos en sus almas y afloran en la lucha desigual del día nuevo.
La Patria es una campaña electoral repetida, sembrada de mentiras y convicciones -a veces ciegas y sordas- y regada de recuerdos que impiden a los sueños volar libres. Los rojinegros y los rojiblancos compiten voto a voto, conciencia a conciencia comprando voluntades y seduciendo ilusiones. La luz que viene del norte a veces ilumina y a veces sólo "engaña" con su fulgor artificial. La estrella del sur no se apaga aunque la cubran de vergüenza, corrupción y ansias personales de poder.
De un lado y de otro surgen hombres y mujeres que sueñan con la revolución de la justicia, de la dignidad y del progreso.
El alma nica es mucho más que sus banderas, que sus historias recientes o su retórica política. Las casas de plástico y madera cubiertas de colores y rostros y letras donde se fían las esperanzas (PLC FSLN ALN MRS...) contienen más vida que las "mantas vacías" que cruzan las calles.
Los niños descalzos, las mujeres solas, los jóvenes sin futuro, los viejos encerrados o derrotados son la auténtica ideología de este país. Compartiendo zapatos para ir a la escuela, sacando adelante sus familias sin varón que las maltrate, uniéndose y soñando cooperativas de futuro, contando orgullosos su historia... construyen más país que las elecciones a las alcaldías o las presidenciales.

Macondo (segunda parte). Nicaragua III

La casa encierra tantos relatos reales o imaginados que no cabrían las vidas, las risas y las derrotas en cien años de lectura o de charla compartida... Menos aún en cien años de soledad.

...Mireya sonríe siempre con la mirada. Sus ojos son tan buenos conversadores que las palabras le sobran y le estorban. Sordomuda de nacimiento tiene tanta luz en la mirada que deslumbra las miradas grises del visitante... Sus ojos-palabra buscan siempre otros ojos donde mirarse y conversar. Sus gestos-mirada son tan tiernos, dulces e inocentes que acarician sin rozar la piel del que quiere escucharla. Viaja una vez al año hasta Miami y allí -no lo cuenta pero se adivina- se le aturde la mirada y se le aquieta el gesto. Pero vuelve siempre a la casa cuando presiente la llegada de su niña grande, la que rasgea la guitarra. Y busca sus ojos y los encuentra. Y se descansa en ellos como en un largo beso de miradas...


...Marina perdió el juicio antes tal vez de nacer. Vivió aislada en su mundo de silencio y gritos. Anduvo siempre por la casa rodeada por los niños que le levantan las sayas porque ella no siempre recuerda ponerse toda la ropa. La ausencia de la madre, el abandono, la muerte del padre, quiénsabequé, la volvió violenta y huraña y un día se encerró para siempre en su cuarto. Mireya, su hermana, la atendió mientras pudo ajena por naturaleza a sus gritos pero no a su dolor. La bañaba cada día a fuerza de abrazos y la alimentaba siempre. Un día, en su cárcel elegida apareció un gallo y desde entonces Mireya sólo pudo limpiar a su hermana con una esponja amarrada a un palo desde el portón del cuarto. El gallo fue la violencia de Marina, su locura y su rabia... Un día Marina enfermó y los parientes la agarraron al anochecer tras amarrar al galo y la ingresaron en la Residencia. El gallo no dejó de cantar día tras día y nadie pudo arrancarlo de aquel cuarto... El día que murió Marina encontraron un gallo muerto sobre su cama, junto a la almohada, en el cuarto de la ventana pegada a la casa...

Macondo (primera parte). Nicaragua II

Al norte del país, donde la guerra hizo más daño, partió familias, enrareció ambientes y rompió comunidades... casi en la frontera de Las Manos... donde una vez, hace tanto tiempo, los piratas desterraron a los españoles y les dijeron: "vayan y levanten sus casas allá, en el ocotal"... Allí se dibuja el pueblo... y la casa. García Márquez imaginó el universo entero encerrado en una casa, en torno a un gran árbol... la vida en cien años... En este país vecino, hermano, se descubre que el Realismo mágico es más bien la magia de la realidad de una tierra habitada de hombres y mujeres de historia. Vivir apenas unos días al abrigo de la familia es entrar en el universo de los relatos y la magia, de las tragedias y el sentido del humor, de la sangre derramada y los sentimientos acrisolados, templados, amarrados juntos el amor y la memoria. Doña Chayo, Mercedes, Abel, Luis Fernado, el mandador y el chico... todos viven bajo las alas del diputado. Herido por la balacera, confundido con el presidente en atentado. Don Heriberto tiene un brazo muerto, su mano siempre enguantada y el dolor helado del odio que quiso matalo enquistado en la carne.
La casa ha sido en los años de historia gaseada por la policía, amenazada por sus convecinos, granadeada, acosada y burlada. Y también visitada, frecuentada por amigos, pobres y menesterosos, por quien ha necesitado unos reales para un pasaje o una caja de madera de pino para su hija muerta. Cercada por ancianos y por niños, refugio de limpiabotas que con apenas 10 años buscan en ella protección y descanso...
Don Heriberto siempre al frente. Desde hace años el Chele a su lado. Desde sus ideas -más o menos compatibles con la modenrnidad que parece ahogarles en ocasiones- desde sus principios y por encima de ellos... Creando familia, estrechando lazos donde los haya.. o donde no.
La casa encierra tantos relatos reales o imaginados que no cabrían las vidas, las risas y las derrotas en cien años de lectura o de charla compartida... Menos aún en cien años de soledad.

Este pequeño y jodido país. Nicaragua I

sábado, agosto 05, 2006

Este pequeño y jodido país está preñado de esperanza. A pesar de los vaivenes y las tormentas políticas y meteorológicas. Escurriéndose entre las placas que de vez en cuando abren en canal sus entrañas... la vida brota como la lava de sus volcanes, como el vapor de los hervideros de San Jacinto. Managua es la gran urbe, peligrosa y extensa que encierra rincones hermosos y oportunidades. León la boca del infierno. Matagalpa la montaña salpicada de café. Y Estelí el comercio del norte. Este pequeño y jodido país no aparece en las guías y los cheles y los gringos -muy a su pesar y a pesar de su presencia- aún no lo han profanado. No aparece en las guías ni falta que hace. Porque este pequeño y jodido país tiene una geografía y un paisaje que se esconde a las miradas del turista y el oportunista. El paisaje y la geografía de este pequeño y bendito país es sobre todo (por encima de todas las cosas) y en el fondo (en lo esencial, en lo profundo) un PAISAJE HUMANO. Hecho de rostros e historias, cincelado de triunfos y revoluciones dormidas. Construidocon el alma de un pueblo que es nada más -y nada menos- que eso, PUEBLO.
Y por si un día se pierden en los pozos de la memoria, por si un día se borran los rostros que hoy nos dejan mirar, asomarnos a su tierra, a su historia, a sus vidas... ahí va una lista de historias pendientes. Ahí va en los primeros días... mi Nicaragua:

Mi Nicaragua es la risa de Urania, los brazos desnudos de Enrique, la "pena" de Moisés, Don Ramón el hombre tranquilo, Jimmy o el don de gentes, Gioconda y la risa fácil, José Abraham el hombre con ganas de agradar, Antonia la maestra señora, Patri la niña-maestra, Flor justiciera y marchita, Nestor y la rigidez del fraile de Sandino, Karen la niña artista, Belkis la madre que mira, Nora, la gorda bella, Profesora Yolanda, el anillo de la viuda, Alfred(ito) el guía, Hanibal el niño que fue soldado, Don Alfredo el esposo de..., Doña Elsa la mujer sabia, El marido de doña Juana el violín y el granero, Doña Petrona y las niñas tristes, Enoch el niño sin zapatos, Luis Fernando, loco por los cheles, Yulima la niña que cuenta hasta cien, Enrique el chófer bailarín, Fran el hermano pequeño, el compositor de Matagalpa, Don Oscar el nica pelirrojo, Leana y la presencia constante, Ofelia, El Jackson, Norma Elena en Ruta Maya, los dedos de Araica...