Generación del 27

jueves, diciembre 16, 2010

Hoy se cumplen 83 años de la "fundación" de la Generación del 27.

Un poema para celebrarlo.

Anoche se me ha perdido
en la arena de la playa
un recuerdo
dorado, viejo y menudo
como un granito de arena.
¡Paciencia! La noche es corta.
Iré a buscarlo mañana...
Pero tengo miedo de esos
remolinos nocherniegos
que se llevan en su grupa
-¡Dios sabe adónde- la arena
menudita de la playa.

Pedro Salinas

Son sueños

lunes, noviembre 29, 2010

Últimamente sueño mucho. No quiero decir que tenga visiones, ni anhelos de futuro, ni objetivos a medio o largo plazo. Digo que últimamente sueño mucho. Cuando duermo. Mis alumnos, mis amigos, mi pareja, mis angustias, mis preocupaciones de cada día se me cuelan por la noche entre la almohada y su pelo. Hay noches que los sueños son tan intensos, tan afanosos, tan detallados... que me levanto agotado y con la sensación de andar de acá para allá buscando no sé qué o solucionando no sé qué problema.

Pero esta mañana me he levantado sonriendo, aún más cansado y feliz. Anoche soñé, por primera vez, con Marcos. Le llevaba de la mano -¿o era él quien me llevaba a mí?- por calles conocidas y parques oníricos, de esos que sólo guardan un vago aire familiar con la realidad. Se paseaba nombrando cada objeto, cada gesto, cada mirada. Se paseaba re-nombrando todo a nuestro alrededor y me parecía estar viéndolo todo con ojos nuevos. Me arrastraba de un lado a otro, ansioso, como si no hubiera tiempo para "leer" tanta vida como se agolpaba a nuestro lado. Y me sonreía. Volvía a mí sus ojos y sonreía.

No pude oír su voz pero estoy seguro que estaba llena de palabras. No recuerdo el color de sus ojos pero sé que su brillo me encendía por dentro. No recuerdo su pelo pero me he despertado con el tacto de sus manos en mis manos.

Anoche soñé, por primera vez, con Marcos. Y su promesa, su presencia, su existencia, su misterio me devolvieron el descanso que me arrebata el sueño. A los amigos que esperan con nosotros, a los sueños que conjuran pesadillas, a la madre de la promesa. Gracias.

A los 40... eres lo mejor que me ha pasado

lunes, septiembre 06, 2010

SÍ ERES TÚ... LO MEJOR QUE ME HA PASADO

1. Si mi vida está llena de sentido

2. Si soy capaz de levantar el cuello

3. Si miro de frente lo que me ha sucedido

4. Si me siento casi rozando el cielo


5. Si tengo sonrisas y sueños estrenados

6. Si mis palabras me sirven de consuelo

7. Si mis ojos aún no se han cegado

8. Si mi alma se levanta del suelo


9. Si no me importa madrugar por las mañanas

10. Si conservo los amigos y los miedos

11. Si no dejo de ser torpe y malacara

12. Si me besas con gesto dulce y quedo


13. Si me haces mejor con cada frase

14. Si me acompañas llenando los silencios

15. Si me das mucho más que lo que espero

16. Si me dejas sonriendo en los desvelos


17. Si no sé ya sin ti llenar el tiempo

18. Si ya no encuentro molestias ni defectos

19. Si me dejas sin aliento con tus besos

20. Si te sigo sordo, mudo o ciego


21. Si nos espera el futuro tras la puerta

22. Si nos buscamos con los ojos en los huecos

23. Si no están nuestros sueños desiertos

24. Si vivimos todo el tiempo alerta


25. Si tu vientre engendra mis deseos

26. Si llenas de alma mi interior vacío

27. Si nada es tuyo ni nada es sólo mío

28. Si mis palabras son apenas balbuceos


29. Si no hay temblor que no habite tu pecho

30. Si tus palabras están llenas de aliento

31. Si tus manos se mueven contra el viento

32. Si mis ojos te ansían al acecho


33. Si cada día es un reto o un tropiezo

34. Si no soportas la injusticia ni las dudas

35. Si te arrojas sobre la vida a oscuras

36. Si me dejas boquiabierto en los espejos


37. Si me faltan palabras para amarte

38. Si no hay canciones que alcancen a soñarte

39. Si no encuentro ni qué regalo darte

40. Si no soy más que una parte de tu parte


SÍ ERES TÚ... LO MEJOR QUE ME HA PASADO

Si eres tú

Gracias a Spotify y a un cierto arrebato de nostalgia que nos llevó a buscar y escuchar todo lo que Rosa León llegó a grabar que no fuera para niños... apareció en nuestras vidas una canción que en estos días de emociones y comienzos me hizo saltar las lágrimas.


A medio camino entre la parroquia y el melodrama, parte del repertorio más clásico de los clásicos "Mocedades"... nadie ha escrito una frase más simple y más necesaria. Soy lo que soy, escribo lo que escribo, vivo, amo, siento, canto, vibro, sueño... porque ERES TÚ LO MEJOR QUE ME HA PASADO.

Si eres tú (Ángel Guinda)

Si me despierto y está azul el cielo
Si voy a la cocina y no hay cerillas
Si echo a rodar mi vida por el suelo
Si al quererme sentar no encuentro sillas

Si eres tú
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú

Si me duelen las muelas y me amuelo
Si está la ciudad llena de octavillas
Si la luz se desata por tu pelo
Si mi infancia es un tren sin ventanillas

Si eres tú
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú

Si a mi sueño le faltan muchas camas
Si es nuestro amor luchar codo con codo
Si arderán los demás de nuestras llamas
Si tu me faltas ya me sobra todo

Si eres tú
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú


Para colmo indagando descubro que el poema es de un conciudadano e intuyo que tío de una antigua alumna... Casualidades. Benditas casualidades.

sentirse bien (está sobrevalorado)

miércoles, septiembre 01, 2010

Sentirse bien. Las vacaciones de verano son una época especialmente propicia para cumplir con la penúltima de las obligaciones surgidas de una sociedad sin ganas ni hondura: sentirse bien. Hay que disfrutar las vacaciones, viajar, leer, ir a conciertos, comer y beber en exceso, amar, reír, cantar... y todo aquello que nos sirva para camuflar el descontento, la frustración o la tristeza del resto del año.

Mis circunstancias vitales (y sobre todo las tuyas) me han obligado a vivir de cerca la sensación de no encontrarse "nunca del todo bien". El cuerpo tiene su ritmo y casi nunca responde (excepto en la adolescencia y entonces no lo valoramos) a nuestras expectativas. El alma también tiene su ritmo y, a veces, nos pone más trabas que almohadones en el desesperante camino hacia la felicidad que se ha convertido en una utopía de las sangrantes y generadoras de frustración.

El dolor físico, las molestias, la tristeza, la depresión... se imponen en la vida como realidades inapelables. Podemos teorizar lo que queramos, sublimar incluso el dolor. Pero éste no ceja porque lo ignoremos o porque entonemos aleluyas a unos u otros diosecillos de la felicidad de saldo.

La alegría poco tiene que ver con todo esto. La "perfecta alegría", la auténtica felicidad tiene más que ver con la paciencia, con el saber acomodar las emociones a nuestra vida, con saber encajar y permitir que broten nuestras imparables ganas de vivir en cualquier circunstancia.

Mis circunstancias vitales (y sobre todo las tuyas) me han hecho percibir que estoy lleno de la alegría profunda que viene de adentro y va mucho más allá del "bien-estar". Me han hecho saber de la felicidad que da mirarte sin obtener una sonrisa. De la alegría de velar tu sueño y tus vigilias. De la profunda satisfacción de dejar que las horas pasen preocupado a cada minuto por los pliegues de tus sensaciones.

Porque mientras el cuerpo no aguanta, la mano no tiene fuerza para asirse al cabo de la vida, las mañanas son duras y las tardes cansinas... la vida sigue construyéndose a nuestro alrededor y a nuestro lado. Porque desde lo hondo nos viene la gracia de sabernos amados a pesar de nuestras miserias. Porque desde lo alto nos visita el sol incluso con las persianas bajadas.

Porque "sentirse bien" está claramente sobrevalorado.

Perder (retomar) el hilo

martes, julio 27, 2010


Puede parecer que en sitios como éste se pierde el hilo de lo contado, lo sentido, lo pensado. Puede parecer que uno ha desaparecido o anda enfrascado en proyectos que le impiden mantener fluido el embrujo de las palabras que van cayendo en esta ventana de miradas. Puede parecer que a uno le entra flojera o pereza a lo largo del curso y que luego se dedica a descansar durante el verano. Tal vez.

Pero a esta página, que fue un regalo de quien todo me lo da, le ha llegado la hora de retomar el hilo. De continuar la historia de emociones y palabras que se ha ido tejiendo con mis frases y vuestros comentarios. Así que en este tiempo que vivimos un poco entre paréntesis... me propongo no dejar escapar ni una intuición sin hacer el esfuerzo de ponerle palabras o darle la forma que se deje.

Me propongo hacerlo porque a pesar de las malas horas, del cansancio, de los miedos, de las sensaciones encontradas... sigo escribiendo con la tinta de tus ojos.

palabras crudas

miércoles, febrero 17, 2010

Enfrentarse a la "cruda realidad", imágenes demasiado "crudas", decir la "cruda verdad"... son sinónimo de algo rudo, agresivo, invasivo, sin filtro...

Escupir los propios sentimientos sin consideración alguna, vomitar las frustraciones sobre los éxitos de los otros, sacudir la insatisfacción sobre la ropa planchada de la gente feliz... son sin duda ejemplos crudos de falta de delicadeza y cuidado.

No ocurre lo mismo con las palabras. Al menos no con las ciertas, las verdaderas. O eso creo. Dicen que Javier Marías no corrige nunca lo que escribe. Y cuentan también que García Márquez entrega sus novelas repletas de faltas de ortografía que "alguien" se encarga de subsanar. Supongo que el impulso de las palabras les impide poner el filtro necesario, les inhabilita para ejercer de correctores de sí mismos y les otorga patente de corso en la inmediatez y falta de pulido de sus textos.

Me ocurre lo mismo a veces. Cuando las palabras brotan del corazón como el agua que rebosa de un vaso demasiado lleno. Cuando pensar y sentir se confunden en las pasiones (el amor, la amistad, el agradecimiento). Cuando no tengo tiempo ni ganas de contar sílabas o repasar tildes... Las palabras que aparecen son palabras crudas.

Palabras crudas que no respetan las convenciones, que no piensan en el lector -o tal vez piensan sólo en el lector-. Palabras que no se detienen ante nada y que se arrepienten de sí mismas apenas escritas o pronunciadas. Palabras crudas que encierran todo lo que seguramente debería ser callado. Palabras sin pudor y sin compuertas.

Y sin embargo, palabras únicas que estremecen tanto como un abrazo o una mirada. Palabras honestas que recogen lo perdido en el camino de las horas. Palabras que se cuelan en los entresijos del corazón y se acomodan para siempre.

Por eso quiero dejar mis sentimientos llenos de faltas de ortografía. Explicar mis afectos todos en mayúsculas. Abreviar los malos ratos hasta hacerlos incomprensibles. Cambiar los tiempos verbales para que cada futuro se conjugue en presente y cada pretérito sea siempre perfecto.

llamadas perdidas

lunes, febrero 08, 2010

Más de 90 llamadas en tres días. Mensajes sin responder y el buzón de voz repleto de ternura y buenos deseos. El corazón no da abasto para contestar cada latido que estos días ha palpitado tan cerca. Las palabras nos cubrieron como una manta en las noches de hospital y los signos de interrogación tejieron una colcha de bienvenida en nuestra casa.

La vida es dura a veces así, sin ton ni son. Pero las oraciones, los pensamientos, la preocupación y el cariño dulcifican sus aristas a base de montañas de caricias. Cada pregunta, caricias. Cada timbre del teléfono, caricias. Cada caja de bombones, caricias. Cada minuto de espera, caricias.

Llamadas perdidas que son como besos, lanzados al aire. Puede que no lo sepas pero he visto como las heridas se cierran por cada minuto de móvil regalado. Tanto cuidado, tanta ternura son un bálsamo que cicatriza las horas perdidas de sueño, los dolores, las acrobacias en la ducha, los cambios infinitos de postura en el sofá, las muletas, las vendas...

Aunque este mensaje se quede en la bandeja de SPAM: gracias a todos por quererla (casi) tanto como yo.