Anabel

domingo, noviembre 08, 2009

Anabel es una sonrisa que llega sin avisar. Anabel es dulce, delicada, frágil. Anabel es la amiga heredada del tiempo y de otros amigos. Anabel es una bolsa de viaje en el andén de una estación. Un paseo en coche por Barcelona, una cena improvisada, una sobremesa eterna plagada de café, de libros, de música y viajes...

Anabel ha recorrido el mundo pero sus ojos miran siempre como por primera vez. Anabel ya tiene años para no ser una niña pero conserva la curiosidad intacta, la inocencia -castigada por las circunstancias y el tiempo- viva. Anabel escucha más que habla. Y cuando habla, sus palabras llevan oídos, ojos, atentos a cuanto ocurre a su alrededor.

El corazón de Anabel tiene brazos: es capaz de rodear a los que ama, en el tiempo, en la distancia; es capaz de abrazarlos con cuidado cada vez que se encuentran. Los abrazos de Anabel son siempre nuevos.

Anabel es una llamada de teléfono, un SMS, un correo... Anabel es un trocito de ternura que se nos regala en unas pocas letras, a lo largo del tiempo, dosificado y gratis. A través de los años Anabel ha sido un pedazo de nuestro propio corazón que salió despedido desde el primer encuentro y anda por ahí con vida propia. Un fragmento de nuestros sentimientos caminando por las calles de la Ciudad Condal.

Nosotros también nos quedamos con Anabel en la memoria, en los recuerdos compartidos, en las entretelas del corazón. Por eso, cada vez que alguien sonríe franco, abierto, generoso... es su sonrisa la que cumple años a nuestro lado... Y entonces suena el teléfono...

FELICIDADES ANABEL.






La imagen es de Moni Pérez, elgatodepapel.blogspot.com

Escritor

martes, octubre 13, 2009

Siempre me "he sentido" escritor. Ahora, al fin, "soy escritor". Porque escribo.

con una mano a la espalda

domingo, septiembre 06, 2009

Yo a ti te gano con una mano atada a la espalda. La frase podría ilustrar la prepotencia de cualquier matón de patio de colegio o la alevosía de un portero de discoteca cualquiera. Nada más lejos.

Con una mano a la espalda ella nos regala más de lo que podemos asimilar. Con una mano a la espalda ella se pelea con la realidad cuando más difícil se nos pone. Y la vence. Con una mano a la espalda ella nos enseña que la paciencia no es sinónimo de pasividad. Con una mano a la espalda los años pasan despacio y las horas juntos demasiado deprisa. Con una mano a la espalda los gestos son torpes pero su mirada es cada vez más honda, más precisa. Con una mano a la espalda sus palabras son el bisturí que acierta a separar los sentimientos más puros.

Pero con una mano a la espalda la mente se enseñorea, las sombras se extienden y el ansia le echa un pulso desigual. Con una mano a la espalda las pasiones se aquilatan con el fuego de la paciencia. Con una mano a la espalda el corazón se desboca y se desliza ladera abajo.

Y sin embargo ella se mira en mis ojos, escucha los llantos, crea, crece, lucha, ríe, llora, y entrena la felicidad como un esfuerzo de días, de minutos, de segundos...

Con una mano a la espalda ella sigue siendo grande, su corazón inmenso, sus ganas de vivir inagotables, la fuente de su esperanza eterna. Ella a mí me gana con una mano atada a la espalda. Y otro año más, aunque no quiera, me dejaré ganar.

FELICIDADES

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viernes, junio 19, 2009

Hubo una vez (lo copio no lo invento) un huerto donde los enamorados podían acudir a buscar palabras para expresar lo que sentían. Allí crecían palabras de todo tipo y cada una tenía un precio ajustado a sus efectos y su etimología. Cada cual podía obtener allí palabras sembradas por otros que dijeran todo aquello que uno no sabía cómo decir. Los más atrevidos compraban consonantes y trataban de hacer con ellas palabras imposibles.


Encontré allí en otro tiempo palabras y palabras llenas de matices, de sabores, y cuajadas de historias. Algunas las compré, otras las robé. Las más, las tomé prestadas, las junté a mi modo y las hice mías. Y así fueron a veces tuyas a veces nuestras.

Después pasó el tiempo y un día, estando tú lejos y mi corazón solo, descubrí que mis palabras, las mejores, las más certeras, las más hondas... habían quedado incompletas.

Intenté releerlas y eran todas un conjunto impronunciable de consonantes apretadas, embarulladas, perdidas, incomprensibles e inasequibles.

Las palabras -y la vida- se me escurren y se me enredan cuando no puedo poner “las vocales” de tu vida en la mía. Las palabras -y la vida- me abren un vacío en canal cuando no te tengo cerca. Mis mejores ideas, las más sabias, las más tiernas, las más mías... no suenan a nada si no tienen las vocales de tu mirada, de tu risa, de tus manos para pronunciarse y volar.

Gracias por terminar mis palabras. Gracias por terminarME.

4 años

jueves, abril 23, 2009

En las relaciones, como en democracia, debería haber elecciones generales cada cuatro años.

Mi programa electoral estará vacío de promesas y repleto de versos, desnudo de intenciones y rebosante de deseos. No habrá mítines ni arengas porque contigo ando siempre en campaña.

Propongo mantener la soberanía en el mismo amor que la fundó, un amor hondo y profundo que forjó una coalición que ignora nuestros intereses y mira siempre a los ojos.

Reformaremos si hace falta nuestra Carta Magna, que para mí, hacia ti... sea siempre Carta Blanca.

Respetaré sin condiciones ni negociación tu “estado de las autonomías”, tu idiosincrasia y tu idioma tantas veces fabricado de silencios y de gestos a escondidas -que son los que guardan los sentimientos de veras-.

Construiremos juntos -espero- una ciudad -un hogar- más habitable y más tierno. Un lugar donde llegar, donde volver, donde esconderse o llorar. Un lugar que nos recoja de vez en cuando hechos pedacitos después de dejarnos la piel (el alma no, el alma es sólo nuestra) en una de tantas batallas de esas perdidas que emprendemos a diario.

De los dos, atenderemos siempre al más débil. Protegeremos las dudas y las indecisiones. Animaremos en los momentos de flaqueza y disfrutaremos hasta dolernos los tiempos de bonanza.

En cuatro años de balance... se me ocurren cuatrocientas razones para renovar este pacto de gobierno...

Hoy se celebran nuestras elecciones generales y yo, de nuevo, te elijo a ti, por MAYORÍA ABSOLUTA.

Palabras casi-perfectas

miércoles, enero 28, 2009

Nadie es perfecto. Los años y los daños nos lo van repitiendo como un murmullo suave y recalcitrante. Nadie es perfecto.

No hay nadie que sea capaz de escuchar mis silencios, de ignorar mis palabras, de hablarle a mis miradas y de acallar mis dudas. Tú no eres perfecta, pero casi.
No hay nadie que se trague mis cuentos, que me escuche encandilada más allá de 10 minutos, que se despierte y me mire... y sonría. Tú no eres pefecta, pero casi.

No hay nadie tan divino, tan humano que sea capaz de ver más allá de las bravuconadas, de las alharacas y los aspavientos que a veces hacen de mi vida un molinillo de viento. Tú no eres perfecta, pero casi.

No hay nadie que aguante el mal humor de la gripe, la hostilidad del silencio, las tardes urañas y las mañanas perezosas. Tú no eres perfecta pero casi.

Nadie es perfecto y el tiempo como una lupa nos muestra las imperfecciones, los surcos, las señales y las marcas... Nadie es perfecto pero yo tengo a mi lado... besos de desayuno, miradas que son caricias, tu cuello sobre el regazo, tu tiempo estirado y largo, el sol oculto en tus manos, el fuego, las travesuras, las pullas, los noteaguanto, el café por la mañana, los pies fríos, calcetines, el cuidado... Tú no eres perfecta... pero casi.