palabras de navidad (y año nuevo)

lunes, diciembre 31, 2007

En estos días recibimos mensajes y mensajes llenos de buenos deseos, de memorias compartidas, de "paz y amor" y de las mejores intenciones... Entre las bromas, el cinismo y el escepticismo se cuela a veces alguna que otra "palabra" de Navidad. Palabras de esas que nos hacen poner la piel de gallina, que nos encogen el corazón, que nos hacen sentirnos pequeñitos e inmensos a la vez. Entre mensajes repetidos y reenviados, SMS, MMS, E-mail, tarjetas navideñas, aguinaldos... se cuela el corazón de los que nos recuerdan estando lejos, de los que nos guardan en un rinconcito de la memoria y el cariño, de los que sabemos que sufren estando cerca o lejos y a los que tanto nos cuesta enviar palabras de consuelo (monta.. va por ti).
Nunca he sido capaz de decir en pocas palabras lo que podía decir en un montón (mis amigos saben bien de mi incontinencia verbal) pero cuando se trata de dejar brotar el corazón y ser honesto, cuando se trata de dejar constancia de lo que a uno mismo le hace ser lo que es y le sustenta... casi siempre me quedo mudo. Así que SILENCIO... nos ha nacido un Sueño, se nos regala un año (bisiesto).

sin pudor. palabras-blog

viernes, diciembre 14, 2007

A J.S. le parece que escribir en un blog tiene algo de desahogo y mucho de exhibicionismo. Le parece que mostrar "las vergüenzas" de uno ventiladas en público es algo así como una patología. En cierta manera le parece impúdico.
A J.S. no le gustan demasiado las palabras, así "a secas". Prefiere las imágenes y las canciones. J.S. nació tal vez demasiado tarde -o demasiado pronto-.

Escribir en un blog (o donde sea) es vencer el pudor, y con él... el miedo, el desasosiego, la angustia, el aislamiento. Escribir -y publicar en un blog o donde sea- es salir de la cueva oscura de nuestro propio regodeo egocéntrico.

No se puede ocultar la luz debajo de de un celemín. No se pueden esconcer la belleza, la verdad, la bondad... sólo por pudor.

Lo hermoso no tiene, no siente vergüenza porque no se engríe de su propia belleza.

Lo verdadero no tiene, no siente pudor porque no tiene doblez y se muestrar tal cual es.

Lo bueno no tiene, no siente vergüenza porque busca la luz y huye de lo oscuro.

Las palabras-blog son mucho más que tristes actos de exhibición o de derroche cuando buscan la belleza, la verdad, la bondad. Y si no encuentran no es culpa suya... Es que son difícil de apresar.

escribir...

jueves, diciembre 13, 2007


Escribir juntos es escribir completos... Gracias a los "compañeros" del taller de escritura.


Escribir ... un mar de posibilidades...
Escribir es... desahogo, explosión, estallido...
Es jugar a ser Dios, crear mundos, realidades, ilusiones...
Escribir es demasiado importante como para hacerlo en público
demasiado egoista como para no compartirlo..
Escribir es "jugarse la vida" en palabras..
Escribir es deahogarse, dejar a un lado los problemas que hacen que no seas feliz.
Es poder gritar sin dar voces, poder amar sin ser visto.
Es adormecerse pensando borrones y amanecer mudo, sin palabras...
Es fluir, es vivir, es sentir
Es ser más honesto con uno mismo que nunca
Escribir es jugar a crear un mundo en el que nunca vas a vivir. Escribir es recrear tus sueños, tus esperanzas... es dar sentido a un par de palabras...
palabras que gritan
Es abrir una puerta al mundo para entrar en tus ideas...
Es abandonarse, liberarse, caer...
Escribir son noches en vela
Es la llave que abre tu mundo interior. Escribir es ser tu mismo, no fingir, no actuar, sólo tú. Escribir es romper a trocitos, minúsculos, la postal que nunca me enviaste.
Es el camino mas corto entre dos almas, dos mentes...
Escribir es placer, es esencia, es parar el tiempo.
Escribir para conmoveres tumbarse en el cesped y dar forma a las nubes.
Es ruborizarse, es reir, es prolongar el sueño, es capturar la imagen adormecida...
Escribir es luz en la oscuridad
Es volar, jugar con lo imposible, ser inmortal.
Es una ilusion, un privilegio para muchos niños que no saben
Escribir es sentarse en una biblioteca... y leer.
Escribir es soñar despierto. Es una forma de vida, es vivir. Escribir es gritar en silencio...

palabras-abrazo

martes, diciembre 11, 2007

Ya sólo al ver el título el alma se me encendió de nuevo y me recordó (del latín re-cordis... volver al corazón) vuestra esencia... y es que ¡me abrazáis tan bien!, con palabras a veces, sin ellas, también. Y es que en "este mar de fueguitos que es el mundo", tal como dice en sus páginas, vosotros sois de los que arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. (La Moli)

Tanto tiempo sin escribir, sin dejar escapar las palabras por entre los dedos del silencio, tanto tiempo sin permitir que el corazón se esponje de ternura y se derrame...
Hace ya semanas una amiga "del alma" nos regaló "El libro de los abrazos". Por segunda, tercera o cuarta vez... alguien pensaba en nosotros al escuchar el título del uruguayo... Prefiero pensar más que en un regalo en un "presente", en un "don".
"Presente" porque un obsequio así es capaz de atrapar el momento, de hacerlo tangible, denso, sólido... eterno. "Presente" porque el regalo más allá del libro es un instante de intensa emoción que se adhiere a las paredes del corazón ensanchándolo, haciéndol más fuerte, mejor.
"Don" porque con sus palabras, con su gesto, se aumenta nuestra capacidad de amar. Porque una nueva aptitud (y actitud) le crece a nuestras personitas y se nos sale, se nos escapa en buca de nuevos corazones que abrazar.
Recoger en palabras un abrazo... Atrapar en las frases ese "fuego"... Intentar responder sin matarse a besos... es tarea inútil.
Lo más importante, lo más cierto, lo que nos hace ser -quien somos- lo que nos une y nos lanza sin cautela ni prudencia hacia esta vida de locos.. se guarda sólo en una mirada, en la complicidad de los besos, en lo escondido del alma... Se gurada sólo en un ABRAZO que si pudiera -si pudiéramos- si supiera -si supiéramos- te estaríamos dando para siempre...

Gracias Ana

...Palabras-Momento...

domingo, octubre 28, 2007

A veces la prisa nos coloniza, nos invade y planta sus tiendas en nuestra alma como el más devastador de los ejércitos. Lo ocupa todo, lo llena todo, con sus urgencias espúreas, con sus palabras gastadas, con sus misiones vacías... El día, la hora, el minuto, el segundo siguiente nos pre-ocupa tanto que nos roba el momento. El instante fugaz en el que se nos ensancha el alma, el tiempo extraño de la vida.
Y en un momento me paro, me detengo, me encuentro contigo, me recompongo contigo, me reconozco contigo.... Esquivando la prisa, las "obligaciones", las tareas... me hago fuerte en tu mirada, en el ritmo de tu respiración, en tus ojos, mis palabras.

Y en un instante recupero lo que he sido, lo que soy, lo que tal vez nunca seré... y me siento vivo, lenta y deliciosamente vivo...

Porque no dejas de recordarme que mi vida está encerrada en una palabra que he de buscar, encontrar, y liberar. Porque no dejas de respirar mi mirada a cada verso, a cada golpe de vida que nos asestamos inconscientemente...
Porque me enseñas que cada segundo es el último, porque tienes la mirada honda, porque sólo "estás" cuando "estás", porque tus ojos detienen el mundo, lo agrandan, lo embellecen...Porque un momen(fo)to es una foto contigo.

palabras de ausencia

sábado, septiembre 29, 2007

Me gustaría poder desprenderme de mis palabras como de la chaqueta al llegar a casa. Dejarlas posadas distraídamente sobre la butaca, o apiladas en la encimera de la cocina, o arrugadas en el fondo del cesto de la ropa sucia. Para que estos días -los días de ausencia- te tropieces con ellas en el pasillo, te asalten al abrir los cajones de la cómoda o se enrosquen en tu pelo brotando de los pliegues de la almohada.


Me gustaría notar al subir al tren que las palabras han huído de mi mente, que no queda ninguna de reserva en mi garganta. Me gustaría descubrir al pasar el revisor que he olvidado mis palabras sobre el sofá en el que tú descansarás, leerás el periódico y extenderás papeles sin límite enterrando mis palabras que se esconderán tímidas para susurrarte en unas horas, en unos días, cuando yo no esté: no olvides que te quiero.

si no existieras...

viernes, septiembre 07, 2007


Si no existieras tendría que inventarte
tendría que (des)ordenar el universo
con su poquito de orden
con su poquito de caos
besarlo todo con palabras
e inventar una historia, un relato, un cuento
que descubriera despacito, en el misterio,
lo que siento por ti.

Si no existieras tendría que pensarte
como pienso las (pocas) buenas ideas
como se piensan los proyectos, los regalos
como se piensa en los que ya no están
como se piensa en lo que está por venir.


Si no existieras tendría que soñarte
imaginarte a mi lado
pintar mis sueños del color de tu risa
fantasear con tus ojos y dormirme en tu piel
tendría que llamar al sueño
para encontrar al menos
la razón de andar despierto.

Si no existieras tendría que crearte

porque sin ti el aire es muy denso
mi vida aburrida
la risa a plazos
el placer hastío
porque sin ti el sol es molesto
la lluvia triste
los viajes huídas
porque sin ti...ESTOY A MEDIAS

palabras sin cordura

miércoles, agosto 29, 2007


La cordura esconde las más de las veces el miedo. Es la careta "educada" del temor más mezquino. Es la guarida de nuestra más vergozosa mediocridad. Se disfraza de cordura nuestra incapacidad para el cambio, nuestra inutilidad para el diálogo, nuestra limitación para abrir el pecho sin seguros, sin red. La cordura, tan reclamada, tan invocada, tan utilizada... nos estrecha los lazos invisibles que nos unen a la vida lenta, sin compromisos.

Tu adentro es como un mar en calma y como un océano. Tu sonrisa nunca es a medias, ni tus lágrimas lentas. En la madrugada, si el silencio es suficiente, escucho tu corazón romper contra las rocas de la realidad que nos acecha. Cualquier pena es tu pena, cualquier alegría, tu gozo. A veces, sin venir a cuento, una gota de agua estalla en tu pecho, lo revuelve, lo agita, lo convierte en remolino. El universo entero estalla, se expande, se re-crea en tu pecho. Tiemblan las emociones y los besos. Tiemblan las palabras. La cordura se deshace en una explosión de círculos concéntricos. Como una piedra arrojada al lago, las ondas te envuelven, me envuelven, nos hacen girar hasta el vértigo y más tarde... nos devuelven a la calma líquida, ancha y profunda de los sentimientos hondos. Entonces los dos sabemos que hemos renunciado a la cordura (a la cobarde, a la monótona, a la segura y cotidiana). Y yo me aferro a tu respiración, de madrugada, y tú te miras en mis ojos y te reconoces. Y los dos quedamos así flotando en la inestable superficie de un te quiero.

palabras de FELICIDAD

jueves, agosto 23, 2007




Las más difíciles, las más gastadas, las más cursis, las más ensuciadas, manoseadas, denostadas... Despreciadas por la ironía fácil y el cinismo yermo. Arrolladas por la lucidez y la prosa dura y "razonable" de estos días. La sonrisa encierra siempre una mentira. La alegría siempre esconde cicatrices. La dulzura es una pose. La atención una expectativa... En el universo de las sombras la imagen dura, perfilada, auténtica de la felicidad es una ofensa que nadie se pre-ocupa de desagraviar, se minimiza, se ignora, se deja pasar con aires de suficiencia. Las palabras que guardan en su adentro un ápice de la ternura necesaria, un instante de alegría cierta, un milímetro de sueños cumplidos se han vuelto inútiles, peligrosas...

La belleza está llena de verbos fáciles y sencillos -AMAR, SENTIR, CALLAR, preñada de adjetivos -GUAPA, NECESARIA, MÍA- que no se miran a sí mismos, bañada de frases repetidas -TE QUIERO, GRACIAS-, universales -LO SIENTO, PARA SIEMPRE-, populares porque cualquier pueblo con corazón las ha masticado, escupido, susurrado o regalado sin pudor. La felicidad está inundada de palabras tópicas, de muletillas y lugares cómunes (comunes porque son tuyos y míos y de tantos, y de muchos). Las palabras de FELICIDAD se ahogan en la garganta tantas veces porque no es justo ser feliz en este entorno duro, hostil, atravesado. Se encierran con los besos que no dimos porque suenan huecas porque si se pronucian se evaporan como el jabón de los niños. Se pierden porque no suelen encontrar el valor necesario para vencer el pudor, el miedo, la verguenza, la conciencia de que una vez pronunciadas se convierten en compromiso. Se acallan porque proclamadas exigen su cumplimiento en la propia vida y en la de los otros.

Con la humildad pegada a las letras, con el pudor enquistado en el alma... en estos días se me regalan (y las devuelvo y las dejo al aire) palabras de FELICIDAD.

palabras "de viaje"

viernes, julio 13, 2007

Cuando uno emprende viaje prepara con cuidado y esmero cada detalle. Los libros que leerá, la ropa que necesitará, las expectativas que cubrirá y las que quedarán insatisfechas... y también las palabras. Las guías de viaje se empeñan en enseñarnos a decir "disculpe" "cuánto es" "por favor" "gracias" "por dónde se va" en cientos de idiomas, con miles de matices, con expresiones "culturalmente aceptadas"... Y las palabras así se van gastando y aparecen como torpes bastones de supermercado que un despistado caminante de todo a cien esgrime como elemento indispensable para comunicarse con los "indígenas" del lugar (sean éstos elegantes nubios al borde de las aguas del Nilo, payeses acogedores de la albufera fenicia o campesinos sencillos de la galaica costa...) Y las palabras se van gastando y toda la comunicación posible se queda en transacción vergonzante de la vida real de aquellos a quienes visitamos por nuestra cruel moneda de cambio de turista. Y las palabras se van gastando y, al final, apenas hemos cruzado unas líneas con quienes habitan los lugares que se nos regalan en el viaje.

Las palabras "de viaje" están hechas de miradas, de silencio, de contemplación y escucha atenta... Son más útiles unos ojos abiertos y unos oídos atentos para captar la belleza de un lugar, de sus gentes, de su CULTURA (así con mayúsculas que es la más minúscula de las palabras, la más pegada a la piel de los que la viven)... que cualquier versatil diccionario o guía o mapa.

Las palabras "de viaje" están hechas de ilusión, de generosidad y renuncia. Del voluntario olvido temporal de nuestra propia identidad, que nos ayuda a entender lo que vemos, lo que oímos, lo que sentimos... Porque el verdadero viaje es el que nos arranca de adentro afuera, nos empuja a mirar, nos enseña a escuchar... Nos permite un breve descanso... de nosotros mismos.

el don de (enseñar) la palabra

domingo, junio 24, 2007

La palabra es un regalo. Un precioso don derramado en las entrañas de aquellos que aún tratan de apresar la verdad. Es un presente inesperado, inmerecido, a veces desconocido, oculto. El don de la palabra esconde a ratos sólo aire, fuegos de artificio, vanidad. Las palabras entonces andan como huérfanas, desgarradas, arrancadas del alma que las engendró. Pero en otras ocasiones las palabras son lazos, vínculos, dulces ataduras entre quien las regala y quien las recibe, vanguardia cordial que desbroza las capas y capas que niegan el contacto de los corazones.

En una película de esas clásicas, clásicas Rebelión en las aulas un jovencísimo Sidney Poitier recibe una bofetada de sinceridad de una maestra de mediana edad consciente de sus propios límites... "Ud tiene un don... cualquiera puede ser ingeniero pero no hay mucha gente capaz de educar a estos muchachos" Los dones (como el de la palabra) son exclusivos o minoritarios o escasos o escondidos (por eso son tan apreciados). El don de (enseñar) las palabras, de mostrar su poder, de hacer sentir la ternura que encierran, de empujar hacia la libertad que prometen, del milagro de "hacer hacer" implica la responsabilidad de desarrollarlo y el sagrado mandato de transmitirlo, de incentivarlo, de buscarlo allá donde se encuentre, de desvelarlo y darlo a conocer.

Una de las mayores satisfacciones del maestro es descubrir el poder, los dones, las capacidades que se encuentran dormidas en sus alumnos. Descubrirlas y re-conocer su valor, su potencial, el inmenso poder de lo inmerecido, de lo otorgado, del don.

García Márquez pidió en el último congreso del ya anciano idioma español que escribamos, y que escribamos bien... para esos millones y millones de lectores ávidos por encontrar en las palabras algo más que promesas o esperanzas de consumo. Que escribamos bien, que mimemos las palabras, que pongamos en el cajón de los regalos el más preciado, el más frágil, el más etéreo, el don de (enseñar) la palabra.

palabras que cruzan el océano

miércoles, junio 06, 2007

Un amigo de Puerto Rico me dejó un mensaje hace unas semanas y no he podido contactar con él. Como a veces es difícil o un poco indiscreto dejar comentarios aquí... os dejo una dirección de correo a la que escribir para poder contactar...

palabrasquemiran@gmail.com

palabras... amigas

lunes, junio 04, 2007

Las palabras son amigos a los que hay que ir conociendo. Como en la verdadera amistad... no se puede recurrir a ellas con urgencia, con prisas, sin cuidado. Como en una relación con vocación de crecer y hacer crecer no se les puede pedir "consejos" a la carta, recursos fáciles, recetas. Las palabras (la Palabra, por supuesto) como los amigos nos devuelven tan sólo aquello aquello que les damos (aumentado al ciento por uno). Cuando uno encuentra la palabra justa, la adecuada, la perfecta... vuelve a ella como al amigo sabio que siempre tiene el espejo adecuado a nuestra vida. Cuando uno se acerca a las palabras con unción, con cariño, con sosiego encuentra miradas que le iluminan negruras que jamás se pensaron fértiles.

Las siguientes palabras son robadas (o prestadas como casi todas) pero al leerlas he vuelto al café con el amigo antiguo, a la conversación sin prisas, a la escucha...

la cosecha de la lectura

Para crear una relación personal y profunda entre el lector y el libro, se requiere una actitud de concentración y sosiego que el mundo actual no solamente no favorece sino que intenta desprestigiar como poco rentable. La adicción apasionada a la lectura va cayendo cada día más en desuso y relegando al núcleo de sus fieles a la condición de naúfragos amenazados por una amalgama de corrientes mucho más rápidas, llamativas y estruendosas, que a duras penas dejan ya respiro para sacar la cabeza y resistir el embate de sus oleadas.

Se lee más que nunca de milagro, porque milagro es que puedan producirse aún situación en que una persona abrace gustosamente a su soledad, de espaldas a cualquier interferencia. (...)

La lectura fructífera no es nunca pasiva ni puede limitarse el lector a esperar el santo advenimiento de unos efectos espectaculares, sin poner algo de su cosecha. (...) Es como el encuentro con un amigo. Y la conquista de la intimidad con ese amigo no es fulminante e inmediata, sino lenta. Pone a prueba nuestra capacidad de entender y descifrar lo que brinda, nos va revelando nuestra intimidad en contraste con la suya.(...)

Los libros -cómo los amigos- no se pliegan a caprichos tiránicos ni pueden hacerse nuestros de la noche a la mañana. Su esencia reside precisamente en que van a decirnos cosas demoradas, reñidas con la prisa, en que nos van a ayudar a poner la realidad un poco más distante para que no nos ahogue y la entendamos mejor. Y un libro comprado bajo el espejismo de que va a funcionar por sí solo, sin el requerimiento de nuestra participación, como cualquier electrodoméstico, será puro ornamento en nuestros estantes. Nos dará prestigio, citaremos a su autor, pero ese autor -vivo o muerto- se reirá por lo bajo desde dondequiera que esté, y susurrará entre dientes, como aquel marinero del romande del conde Arnaldos: "Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va".

Carmen Martín Gaite."La cosecha de la lectura" (adaptación)Cauce 2000, enero-febrero de 1987. Publicado en Tirando del Hilo.

palabras... políticas

La política debería ser el arte de las palabras. Pero no lo es. Las pre-campañas, campañas, post-campañas... están llenas de exabruptos, zafiedad, parquedad, palabras ariscas, desconchadas, gastadas, palabras en harapos. Términos abstractos que se adelgazan de contenido. Disquisiciones semánticas que prostituyen las palabras haciéndolas bandera de causas espúreas: matrimonio, nación, negociación...

La "palabra-política" no encuentra asiente ni palabra que la responda. Es una lástima que aquellos en quienes tantas miradas se posan y a quienes tantos oídos se dirigen se hayan enredado de tal manera en sus propias palabra-laberinto que ya no puedan salir de las palabras egocéntricas que les envuelven: auto-nomía, auto-evaluación, auto-COMPLACENCIA.

Frente a la "palabra-política" hace apenas unos días escuché palabras vivas de una comunidad educativa en el acto de despedida de los alumnos de último curso. Padres, maestros y alumnos se amarraron a la fuerza de las palabras para sembrar sus esperanzas, recolectar gratitud y lanzar al viento ilusiones de futuro. Sutileza, ternura, compasión, bienaventuranza, misericordia, futuro, escucha... hambre... Hambre y sed de justicia, de educación, de futuro... Hambre de curiosidad, de anhelos, de sueños... Hambre de vida que se queda posada en la boca del estómago, en la mente, en el alma de un puñado de jóvenes que aún creen (con cándida inocencia) que se pueden cambiar las cosas. Frente al manido "diálogo" la escucha... frente al gastado conflicto, compañerismo... frente a la victoria, construcción... La nostalgia, la infancia, los esfuerzos, la superación, el carácter, el amor...

Gracias a las palabras. Gracias a los jóvenes y adultos que aún las paladean y las clavan en lo hondo... Gracias.

amor de mis ENTRETELAS

lunes, mayo 21, 2007

Guardo tu cariño en los pliegues de mi alma, guardo los recuerdos en el embozo del corazón, guardo tus miradas en la tinta de mis ojos... guardo lo que aún no ha sido... en el amor... de mis entretelas.

Entre-telas, entre amigos, entre besos, entre palabras y dudas, entre-lazados, entre-tenidos, entre-gados, entre-metidos, entre tu alma y la mía: tu mirada y mi piel.

Entre las sílabas de mis palabras se escapan gemidos sordos y ciegos, entre las líneas de lo que escribo está tu mirada dando vida a lo que pienso, a lo que siento, a lo que soy... Entre tú y yo formamos mucho más que un algoritmo. Entre todos se construye, entre los árboles hace tiempo que no se ve el bosque, entre tu ropa se encuentra el secreto y la ternura. Entre nosotros, palabras, entre nosotros, silencio.

Las entretelas de tu corazón esconden enigmas eternos que se renuevan con cada sonrisa, con cada pensamiento, con cada proyecto, con cada esperanza que arrojas al mundo con generosidad insensata. Si alguna vez te sientes vacía, o sola (que es lo mismo pero encarnado) busca en las entretelas de tu alma y encontraras allí alguna palabra, algún latido... y mi corazón refugiado al cuidado de tu falda.

el cuidado esencial

No es lo mismo tener cuidado que poner cuidado... Poner cuidado en las cosas, las personas, los seres amados es posar nuestra preocupación suavemente en ellos, sin prevenciones, sin presiones, sin hacer de nuestro amor un lazo que les ate de pies y manos, que les inmovilice. Poner cuidado es dejar caer nuestra mirada sin que se note, delicadamente, sobre la vida de los que nos importan, más allá de cada gesto, de cada instante de indecisión y turbulencia en la vida de los que nos rodean... y en la propia.

No se trata de una hipocondría de las emociones, sino de la comunión íntima con aquello que nos rodea. Comenzando por nuestro cuerpo, nuestra casa, nuestra gente... Se trata de la sutil intervención en las vidas que nos conforman, se trata de poner en orden de vez en cuando la casa, de poner a punto los huesos y de sacar del alma las telarañas.

Martín Gaite en Nubosidad variable hacía que su personaje protagonista limpiara la descuidada cocina del "refu" de sus hijos para ayudarla a poner en orden sus propios pensamientos, sus sentimientos, su vida. Poner cuidado en cada gesto re-ordena los afectos tanto como hacer "limpieza general" re-hace nuestro entorno. El cuidado esencial (término que le tomo prestado a L. Boff) es esencial para nuestro cuidado. Para estar a gusto, para tener paz, para seguir caminando... hemos de poner en nuestros gesto, en las miradas, en las palabras... algo de ese cuidado exquisito del artesano que teje objetos únicos, irrepetibles y frágiles, como el ser amado, como la vida.

pasar a limpio

miércoles, mayo 09, 2007


Se ha perdido la costumbre y con ella el placer. Los viejos apuntes amarillos son los últimos que se salvaron del teclado y el ratón. La práctica de la escritura computerizada nos ha privado de la mecánica y relajante actividad de "pasar a limpio".

Los "nuevos" métodos de enseñanza desterraron la caligrafía uniforme y homogeneizante como los "nuevos" maestros potenciaron el libre albedrío y la formación de carácteres únicos e irrepetibles. ¡Bravo por ellos!

Lástima que ambos olvidaran que no basta con "ser uno mismo" o escribir "a mi manera" sino que también es imprescindible aprender a "querer" las diferencias, a gustar de mi originalidad, a gustarme. Hay que reivindicar la autoestima de la propia caligrafía como hay que restituir el amor propio al lugar de privilegeio que le corresponde en el confuso reino de las emociones.

Se puede caer en el ombliguismo -cómo no- y en la estéril narración egocéntrica de la propia existencia. Pero también se puede recuperar el antiguo placer de "pasar a limpio": los apuntes, las notas, los borrones y... la vida.

Pasar a limpio supone reescribir la propia vida con mimo y cuidado, respetando los márgenes, rescatando las anotaciones a pie de página y haciendo de los tachones la memoria eficaz de los errores cometidos y corregidos (o simplemente sustituidos). Pasar a limpio implica disfrutar con la propia caligrafía de mi historia, con la letra cuidada y corregida de una melodía que nos acompaña siempre, que nos conforma, que nos tatúa en la memoria propia y la ajena.

Hoy transcribo retazos de palabras rotas en papeles perecederos y cuanto más me acerco a la caligrafía primorosa y trabajosa de la infancia más claramente se dibuja... mi vida pasada a limpio: tu nombre.

valientes


Valiente la mujer que mira los ojos del hombre que le hizo crecer el miedo en el vientre.
Valiente la palabra que se alza en los susurros y denuncia y arrebata y emociona e inflama y enciende corazones y conciencias.
Valientes las manos que permanecen abiertas, tendidas, las manos que estrechan otras manos, las manos que trabajan sin hacer ruido, que construyen, que consuelan, que se posan suavemente en el hombro cansado.
Valiente la mujer que llora cada noche, la joven que ha perdido... el sentido y la luz. La niña que se extravió en la soledad y el miedo y busca tambaleándose la salida.
Valiente el que se enfrenta a sus demonios, les pone nombre, prende la luz y se deja herir or la más cruel de las verdades: la propia. Valiente porque has abierto la puerta, porque empezaste aquel libro.
Valiente la que hace planes en estos tiempos oscuros. Valiente quien engendra sueños y esperanzas.
Valiente, audaz, insensata, mujer que amas la vida aunque te duela. Valiente: mujer. Valiente.

OTRA VEZ las palabras


Hay palabras fáciles y palabras difíciles; palabras que sirven para hacer amigos y palabras que sería mejor no pronunciar jamás.

Las palabras son como las personas: las hay pesadas, ágiles, divertidas, embarazosas, desagradables, tiernas... Las hay que nos quedan dentro para siempre y no las olvidamos jamás y las hay que pasan a nuestro lado y ni las vemos (a las personas, que con las palabras es que ni las oímos). Las palabras digo, son como las personas y por eso, igual que nadie existe para nosotros hasta que posamos nuestra mirada en ellos, hasta que lo conocemos... las palabras no cobran vida hasta que alguien les presta su voz, las nombra, las dice en susurros o las recita bajito para dentro. Las palabras no son todo lo que pueden llegar a ser hasta que no las escuchamos de una voz amiga, que nos conoce y nos ama y a quien prestamos atención...

Las palabras pueden ser sermones o clases aburridas, pueden ser gritos o castigos, pueden ser inútiles y sin sentido...

Pero también pueden ser aventuras, sueños, emocionantes historias que nos envuelven, que nos engañan y nos arrastran a mundos de fantasía donde nada es lo que parece y donde siempre encontramos un trocito de nosotros mismos. ¡Benditas palabras!



LAS ILUSTRACIONES SON DE ANA LÓBEZ.

el hombre del funicular (relato a dos manos)

lunes, marzo 19, 2007

La citá alta mira al cielo y el resto duerme en el valle. La vieja muralla se encarama en la roca y queda pendida, en frágil equilibrio. Marcello levanta la vista y la pendiente se le clava en los ojos. Sonríe y gira de nuevo la ruleta del viejo transistor. Es pronto y hace frío. La espesa bruma se ha desprendido del cielo y se agarra a los huesos y a los altos, modernos, edificios de la citá bassa.

Se abrocha la cremallera, para que el gélido invierno no le arrebate el poco calor que conserva de las sábanas que ha dejado cubriéndola. Se permite recordarla, sólo un momento. Giovanna… Siempre le da ánimos para seguir... al borde del abismo… Hasta la noche, cuando vuelven las caricias y las manos se le inundan de dulzura, de momentos compartidos (que al final… son los que hacen que todo merezca la pena).

Todavía no ha llegado Claudia ni el signore Panna. La chica de la taquilla acaba de abrir la pequeña ventana asomada a la plaza. Marcello se mira las manos y suspira. Con la mirada perdida contempla el día que viene. Arriba... lentamente suave y renqueante a la vez. Abajo deslizándose en picado. El hombre del funicular repite cada 10 minutos 100 metros, pendiente al 50%. Cuatro viajes a la hora. Dos hacia arriba. Dos hacia abajo. Veinticuatro viajes al día. Acompañado por conocidos y turistas. Sólo (¿o era Solo?) con retazos de vidas mínimas en historias interrumpidas.

Como siempre… 15 minutos de espera antes de que llegue la hora. 15 minutos que en estos días de sueños marchitados se dilatan como las vías del tren con el calor. Tiene la buena (o mala) costumbre de llegar pronto. Más por temor a llegar tarde que por otra cosa. No le gusta que lo esperen. 15 minutos en los que tiene tiempo para (escucharse) respirar, para mirar hacia abajo… qué pequeña parece la ciudad. 15 minutos para que su “tren de juguete” (así le gusta llamarlo) se llene de gente apresurada y distante. 15 minutos que, como cada día, terminan con el sonido de las llaves girando en la cerradura y con el chirriar de la (sorprendentemente) ligera puerta metálica (“habrá que engrasarla” –piensa-).

Algunos saludos. El tiempo. Educación. Palabras convencionales que sólo sirven para ablandar el vacío de la cabina, la incómoda sensación de los extraños que comparten brevemente un espacio demasiado pequeño para sus egos hinchados. Mudos, casi todos lo miran con conmiseración... ¡qué tortura! Repitiendo el breve trayecto una y otra vez como un Sísifo redivivo. Condenado a no acabar nunca, a no llegar más allá.

A veces, por un momento le da la sensación de que las vías se ensanchan y el “tren de juguete” va a “echar ruedas” (como las plantas “echan raíces”) y a salirse del camino establecido, de la norma, de la rutina. Pero como la mayoría de las ilusiones, se le derrite en el alma, igual que un helado puesto al sol. Entonces se siente triste. Pero sólo un instante. No puede (no quiere) permitírselo.

El hombre del funicular tiene un punto diminuto, casi invisible, de luz en la mirada. Guarda en su sonrisa más amable que sincera el secreto de almas atormentadas, el corazón de seres inconexos cuya existencia dura apenas 10 minutos...

10 minutos infinitos en los que tiene tiempo de observar, de aprender… Muchas de las caras tristes, sonrientes, enfadadas, o simplemente adormiladas (y es que a estas horas “aún no han puesto las calles”) ya le son familiares. Literalmente. Casi se convierten sin querer en su familia diaria. Cree conocer en secreto parte de sus historias, de vidas que pasan casi sin dejar huella por su propia historia, por su cuento interminable. Le gusta imaginar cómo serán, qué harán durante el día… Así pasan las horas… ¿Tendrán una vida aburrida y monótona como la suya? ¿Tendrán alguien que los espere en casa al anochecer… para curar las heridas del tiempo vacío? Algunos le sonríen a modo de despedida… como todos los días… hasta mañana.

PepeCris

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Más de Palabras que miran... (copiándome a mí mismo) presentación del proyecto "niños y niñas detrás de la cámara"

miércoles, marzo 07, 2007


Hay palabras que explican cosas, palabras claras y concisas, unívocas. Hay palabras que comentan, que glosan, que desarrollan ideas propias o ajenas. Hay palabras para todos los gustos. Palabras cortas y largas, ambiguas y rotundas. Existen -o eso dicen- palabras definitivas, palabras que comprometen, que hacen esclavo a quien las usa, que realizan lo que nombran. Y hay también palabras que se derrochan, que se desbordan, que se regalan -a veces sin que el otro las desee ni las necesite-. Hay palabras que escuchan, palabras que invitan a hablar, palabras que son trampolines para las palabras de los otros. Palabras que saltan, palabras que sobran, palabras que sudan, palabras que zozobran y palabras que naufragan sin nadie que las escuche.

Existen además otra clase de palabras. PALABRAS QUE MIRAN. Que miran lo que otros no miran, o que le ponen nombre a lo que todos sienten. Palabras que a veces son historias que uno imagina al verte. Palabras que cuentan o que no. Palabras que guardan silencio y observan... Para que no se pierdan...

En este rato os invitamos a mirar con las palabras… y aún más, a dejar hablar a las miradas. Las miradas de unas decenas de chavalos nicas que nos han prestado sus ojos para mostrarnos un pedacito de aquel hermoso y querido país.

Hay miradas que son más que palabras. Hay una manera tierna, honesta, compasiva de mirar el mundo. Hay miradas que curan con belleza una realidad herida y ultrajada. Hay miradas-bálsamo que tienen el don de ver allá donde nadie ve... Hay miradas que acarician la vida de aquellos en quienes se posan porque la respetan, porque la depositan en una imagen con el cuidado de quien porta la vida entre sus manos...

La mirada de niños y niñas detrás de una cámara. Un proyecto lleno de ilusión y vacío de prejuicios. Una idea que ha querido dar a los niños de Nicaragua la última palabra, la definitiva. Una palabra llena de ternura, de candidez, de la hermosura de lo sencillo, de la desnudez de lo cierto, de la autenticidad de lo sincero. Los niños tienen pues, la última palabra…

Paula y Almudena, antropóloga y fotógrafa respectivamente se echaron el verano pasado en la mochila todas las ganas del mundo, toda la ilusión y el proyecto de recoger… en imágenes, la mirada de los niños nicaragüenses, sus familias, sus comunidades, sus juegos, sus hogares… El trabajo sigue en marcha y ahora, los niños de las escuelas hermanadas de Zaragoza contemplarán la mirada de sus compañeros nicas, aprenderán con ella, la estudiarán, elaborarán materiales a partir de ellas y al final, haremos que sus miradas se encuentren en una exposición itinerante por los colegios, un catálogo colectivo y una exposición digital que viajará a Nicaragua (junto con el material necesario) para devolverles los ecos de sus miradas…

Hoy, aquí, a media luz, una pequeña muestra, agradecimientos, actividades, objetivos… un mínimo testimonio de los más de 130 carretes revelados del trabajo de los niños y niñas. A media luz y bajito, queremos dejar hablar a los que son, el futuro ilusionado de aquel pedacito de tierra que se extiende por el mundo agarrado en el corazón de tantos y tantos… Recorredla despacio, sin prisa… a media luz y entre susurros. Porque aunque nos corten la luz siempre habrá quien encienda una vela… porque aunque nos tapen la boca siempre habrá quien susurre palabras-mirada.

sin orden ni con-cierto

jueves, marzo 01, 2007

Si uno es honesto acaba confesándose que no escribe porque tenga algo nuevo que decir, ni tan siquiera algo hermoso que decir, que uno no escribe por trascenderse ni por dejar en el aire palabras que otros puedan hacer suyas... Uno escribe, sinceramente, PARA QUE LE QUIERAN. Las palabras son fagocitos de afectos que van sorbiendo los amores, los cariños, los mimos... de aquellos que nos sostienen con su mirada. Sin educación, tal vez sin belleza, pero con ternura como el viejo sorbe la sopa que le caldea cuerpo y alma. Uno escribe POR LOS QUE LE QUIEREN porque el amor y la amistad profundos son el único motor que puede sacarnos del marasmo de vaivenes y empujones en que tantas veces se nos pierde la vida. Uno escribe porque desea decir a los que le aguantan, a los que le sostienen, a los que le escuchan, a los que le miran, que sigue ahí, que está por ellos, para ellos.

Hay días en que el tiempo se vuelve espeso y difícil, que cuesta dar un paso, que es imposible ordenar las ideas y los momentos... La vida nos pasa por encima como un tren de mercancías y nos deja en la cuneta con la respiración agitada, exhaustos. Son días sin orden ni con-cierto... días en los que agarramos los sentimientos, los cansancios, las ideas, los sueños y la esperanza y los metemos desordenados en el maleta de los asuntos pendientes... Nos apartamos del ruido o nos zambullimos en él sin pensar demasiado, nos alejamos del corazón y nos refugiamos en la cabeza. Días de prisas y nervios, días vacíos de tan llenos...

Entonces... y sólo entonces, las palabras cobran su verdadero sentido, salvadoras, sanadoras, exorcismo íntimo de los demonios ocultos... liberadoras... Entonces, y sólo entonces, uno recuerda que escribe PORQUE LE QUIEREN.

sueños compartidos

jueves, febrero 15, 2007

Sueño con un amor ancho y profundo, un amor de "sentido", con-sentido y esencial. Sueño con despertarme cada mañana a tu lado y recibir el aire que respiraste. Sueño con un diálogo de miradas en el que lo digamos todo. Sueño fuerte y lento con días perezosos a tu lado.

Sueño con palabras que se unen, con historias hilvanadas por la intriga, personajes, la memoria... Sueño con novelas, con relatos blanco y negro. Sueño con hacer de mis palabras relatos-puente que ayuden a cruzar al otro lado, a ensanchar horizontes, a dilatar corazones, a borrar los límites difusos de la mente. Seño con escribir para los que no me leen.

Sueño con una tierra lejana. Un pedazo de terruño fértil y en barbecho. Polvo negro arrancado a la falda del cerro. Sueño con palos verdes al borde del camino, con vestidos de fiesta, y un mar de piñas. Sueño con un ranchito y un cobijo de sombras, con el sonido de vasos al chocar y el estruendo de sonrisas. Sueño con las manos sucias, agrietadas, satisfechas, con el trabajo común y las oportunidades repartidas.

Sueño con un mundo de palabras, con metáforas imposibles y gestos insensatos. Sueño con cambiar el paradigma, con enterrar la rabia, con desarmar al miedo. Sueño con un bosque de palabras, con sus zonas oscuras, con su frío de sombras. Sueño con cambiar -el mundo no, o tal vez sí- la mirada y soñar a los otros mejores, más libres. Sueño con océanos de sueños, olas de ilusiones, marejadas de esperanza...

Y lo mejor... es que sueño sin cerrar los ojos. Y lo mejor... es que "robo" tus sueños y los hago míos. Y lo mejor... es que son sueños... compartidos.

amigos íntimos

viernes, febrero 09, 2007


Hace algunos años Nativel Preciado publicó un libro titulado así: "Amigos íntimos". En el entrevistaba a distintos y diversos personajes de la vida pública y cultural acerca del concepto de amistad y de su relevancia vital.
En algún sitio leí que los amigos de la infancia son amigos superficiales, apenas compañeros de juegos. Los amigos íntimos aparecen en la adolescencia, al mismo tiempo que surge el concepto de intimidad. Son amistades incipientes, ciegas, radicales, absolutas y las más de las veces proyectivas (uno vuelca en sus amigos no sólo sus gustos y valores sino también sus complejos, frustraciones...). Con la madurez los amigos desaparecen, se pierden la pista, se "enfrían"... O se hacen familia y ya nunca salen de tu vida aunque estén lejos

Los amigos íntimos son aquellos que nos hacen ser lo que somos. Quienes nos confrontan con nosotros mismos. Los que están ahí. Los que nos ponen en evidencia y nos brindan un hombro para llorar. Los que nos regalan su tiempo, sus gestos, sus palabras.

Hay amigos-regazo que nos acunan como cuando éramos niños, nos protegen con su "todo irá bien", nos devuelven la confianza y la fe. Nos arrullan con palabras dulces, musicales. Palabras sin pretensión, palabras-hogar. Hay amigos que nos hacen volver a casa cada vez que nos miran con dulzura.

Hay amigos-abrazo que nos rodean, nos estrechan, unen su pecho al nuestro y comparten nuestro sentir. Son amigos pálpito, amigos entrañables... Nos hablan con sus brazos... con palabras recias, palabras-cimiento.

Hay amigos-ideas que nos emocionan al soñar en voz alta a nuestro lado. Nos inspiran, nos provocan, nos disparan la imaginación y nos regalan pensamientos. Amigos que nos hacen vibrar con ideas compartidas y nuevas... con palabras cargadas de futuro y de inteción... con palabras densas, palabras-concepto.

Hay amigos-mirada que nos escuchan sin decir nada. Que nos piensan y nos crean. Que nos sueñan y nos hacen mejores... sus palabras, silenciosas. Palabras calladas, discretas, mudas. Palabras que miran.

Hay amigos-bálsamo que nos esperan siempre, que nos consuelan siempre. Amigos que nos recomponen cuando nos quebramos por el dolor de vivir. Amigos que encuentran la palabra precisa... Palabras-consuelo.

Y hay amigos que son más que parte de nosotros... regazo, mirada, ideas, bálsamo y mirada... amigos íntimos... gracias.

de nuevo Nicaragua...

miércoles, enero 24, 2007

La cooperación de rostros... le gusta llamarla a una compañera del Hermanamiento... La cooperación hecha de trocitos de vida, de pedazos de corazones compartidos, de miradas cómplices, recuerdos compartidos, futuro en común...

Un regalo...

Las fotos son de Asun Utande y Pilar López. El montaje de Asun Utande. Gracias

NOPALABRAS. La vida en un post-it

sábado, enero 20, 2007


Las cosas más importantes que dijiste fueron las no-dichas. Las palabras más hermosas las que nunca escribiste. Has callado tantas veces las mismas promesas, las mismas disculpas, las mismas palabras cargadas de pasión, cariño, vida... Has no-dicho tantas veces lo que sentiste en un destello de su mirada, en su sonrisa, en el escalofrío de sus manos sobre tu piel.
No pronunciaste su nombre cuando se alejaba. O si lo hiciste no te oyó. El corazón te gritaba por dentro, se deshacía en palabras que nunca fueron. No respondiste a su primer "te quiero" ("y yo"... no es una respuesta) y las palabras no-dichas se te oxidaron en la boca. No te pareció bastante grande la palabra GRACIAS para tanto como merecía ser amado. Así que la silenciaste también. "Estoy cansado" "te deseo" "me haces feliz"... "te pensé toda la tarde" "sonrío si pienso en tu cara..."
Las no-palabras compartidas contigo sembraron la casa de silencios rebosantes de alientos, de latidos. Las no-palabras más bellas escribieron el poema precios, la novela perfecta.
Esta mañana la vida de se ha llenado de post-it con las no-palabras que nunca dijiste y que hoy han despertado en la nevera, en el espejo, en la bañera... pegadas como un post-it en su piel.

...reproches...

Escondido, agazapado, oculto en o más oscuro del alma acecha el reproche.
Heridas abiertas, sangrantes, purulentas y feas exhalan su hedor cuando el corazón se rinde, cuando presenta oficialmente su dimisión y renuncia a su propio latido.
El reproche retuerce los sentimientos, los ensucia, los mancilla, hace de ellos papel mojado, borrones de tinta sobre historias de amor.
Deudas pendientes, amor a tocateja, trueque de afectos, cuentas de la memoria, balance de los recuerdos... mercadería sentimental.
La rabia, la frustración, la tristeza que nos humilla ante el otro se nos vuelven esputos y puntas arrojadas al corazón que nos presta su latido.
Los reproches convierten la alfombra del salón en cristales arrojdos sobre el piso.
Los reproches quiebran cada acto, generoso, del que un día se pasa cuenta. Reescriben palabras hermosas, las vuelven farfullos o alaridos...
Se acumulan en el tiempo anegando la memoria y ahogando las estrellas, los romances, lo cierto.

de azucar y de viento

martes, enero 09, 2007


Vivían felices en su mundo de azucar y de viento (G. Belli)

De azucar son los besos de mujeres valientes.
De viento las ideas que cruzan los océanos.
De azucar la mirada mansa del joven-viejo, guerrillero.
De viento las palabras que vienen desde lejos.

De azucar derretida el calor de tus calles, León, ciudad endulzada, la boca del infierno.
De viento los papeles en los que se dibujan sueños, papeles volatines que inundan los desiertos.
De azucar son los ojos de Leana, la risa de los niños, el alma acrisolada, curtida, preñada, de deseos, de luchas, de lamentos.
De viento es la ciudad que crece junto a un río, que revuelve tu pelo, que expulsa los demonios, que hasta allá trajo un día rumores de los nuestros.
De azucar es la tierra que se quiebra y estalla, que alumbra los volcanes, que se extiende hacia adentro. De azucar son sus manos campesinas que arrancan a esa tierra los frutos más sencillos, más ciertos. De azucar los pies descalzos de Miladys, la voz calma de don Carlos, la sonrisa brillante de Marina bajo el palo de mango. De azucar es la plática, las ideas, los sueños, la victoria del frente, la esperanza de nuevo.
De viento es la ciudad, de viento son sus barrios atravesados de un río, nostalgia del océano. De viento las murallas que cuentan secretos susurrando al oído de los juglares muertos. De viento son las torres, el palacio, los puentes, las riberas, la plaza, el sol, los días nuevos.

De azucar y de viento, dos corazones
ardiendo en las orillas
respirando el aliento
de los que esperan transformar
lo podrido
con sonrisas y afectos.
De azucar y de viento bajo la azul mirada del Moncayo y del Cerro.

Azucar tus palabras... calala, ajonjolí, pitaya, mango, plata, la flor del Sacacuanjoche
Viento el cierzo, las trochas, tozolones, cadieras...
De azucar y de viento... "cómo no" "vale, pues"...

Azucar Matagalpa, Estelí, Los Pozitos, Tololar, Palo ´e Lapa, Cartonera, Sutiaba, San Jacinto o Achuapa.
Viento de los Monegros, Madalena, Torrero, Casablanca, Los Mayos...Pirineos

Cien mil cuadras oeste, algunas varas al sur, corazón de un continente, cerebro de una nación... vive mi hermana soñando el fresco viento que llega, barre tristezas, se endulza de modos nuevos... se aleja.

De azucar y de viento las canciones, la voz (de Norma),
las manos (de Araica), ls notas arrancadas, las horas y las noches,
la sensibilidad (de Gabriel), las lágrimas, los roces
y el sonido parido frotando corazones.

Vivían felices en su mundo
de azucar y de viento
De azucar, León, hermana.
Zaragoza, de viento.

regalo (un vínculo temporal)

viernes, enero 05, 2007

Te gusta pensar en los demás poniéndote en su piel, buscando su alegría,
unas veces para consololarlos y otras para entusiasmarlos...
Regalas tu tiempo sin límites cuando se trata del detalle,
en lo pequeño pones grandes ilusiones.
Guardas en tu corazón cada momento, cada segundo de luz en mi rostro,
a menudo reflejando tan sólo el brillo de tu mirada.
Lo que no sabes es que cada vez que envuelves un paquete...
o lo adornas, o lo escondes... te estás desprendiendo de un trocito de ti.
Es en esos momentos en los que me doy cuenta de hasta qué punto
sientes bonito, piensas bonito, amas bonito.
Un día mágico, una noche mágica más nos acompaña...
no podría vivirla lejos de ti.
Inconscientemente busco bajo el árbol tus promesas, tu tiempo, tu compañía
pero me basta con el detalle que este año te susurraron sus majestades.
Ojalá esta noche tu sonrisa llene el árbol de luz verdadera,
de tus ojos, de tus risas, de tus sueños...

Si con estas palabras aún no sabes cuál es tu regalo es que no has leído la celestina... jejej

con el contador a cero

miércoles, enero 03, 2007


Lo mejor de fin de año es la posibilidad de empezar de cero. Esto del internet y de la tecnología tiene sus cosas y borró el contador de las visitas de esta página hace unos días... Añadí otro, a cero. Aunque más tarde he recuperado el antiguo he decidido dejarlo así... a cero. Para empezar de nuevo, para darme la oportunidad de escribir como si las palabras se dibujaran por primera vez.


He decidido conservar lo viejo pero empezar a contar de nuevo. Uno no puede desprenderse de lo que siente (y ha sentido) de lo que vive (y ha vivido) de lo que le ha ido construyendo... Sería genial poder "reiniciar" el sistema operativo de nuestras vidas de vez en cuando. Pero no es así. Uno trae encima un equipaje que le pesa y le conforma, que le arrastra y le mantiene con los pies en la tierra, que le da alas y lastra los vuelos al tiempo. Uno lleva encima palabras, miradas, momentos, recuerdos, frustraciones y pequeñas victorias contra la tristeza... Uno carga con las risas y los llantos (propios y ajenos) y los va colocando como puede en los armarios del alma. Mirando adentro uno descubre tantas cosas acumuladas, tantos cacharros viejos, tantos recuerdos, tantos cariños malogrados, tanto amor recibido... que al final no se atreve a tirar nada, aún a riesgo de quedarse sin sitio para un latido más...


Uno no puede borrar sus archivos -o no debe- aunque algunos le hayan salido torpes o engolados, necios o retorcidos... Uno no puede des-decirse... porque lo dicho (y lo hecho que no son tan distintos) lo hace ser a uno eso... uno mismo...


Pero en este nuevo comienzo (convencional como todo lo mágico, como las palabras, como los nombres que amamos) la "red" me ha regalado el permiso para poner el contador a cero... para contar de nuevo como si el trastero de los sentimientos estuviera vacío, para sumar uno a uno y despacito corazones a mi propio corazón, ojos a mis palabras, lectores a estas líneas... Y sumar así amigos, razones, sensibilidades, sueños, esperanzas y oportunidades que hoy me gustaría derramar a todo el mundo... poniendo "su contador a cero".