Mucho más que tres

jueves, enero 06, 2011

Está claro que los Reyes vienen de Oriente. Está claro que andan cargados de magia para poder alcanzar tantas ilusiones tan diversas en tantos lugares y tantos corazones. Está claro que los Reyes lo son porque un día supieron qué estrella seguir y a Quién adorar.

Lo que no está tan claro es que sean tres.

A Gaspar, Melchor y Baltasar... les han salido en nuestras vidas -vidas llenas, pletóricas, excesivas, derramadas, abrumadas...- colaboradores tan reyes y tan magos como ellos mismos. Hoy, día de reyes, no podía quitármelo de la cabeza. Y así, sin literatura ni muchas metáforas, sin adornos ni giros hermosos... quiero dejar constancia de tanto rey mago como nos acompaña los otros 364 días del año....

A Juanan el rey mago del carisma y la iluminación, el que nos abre siempre a otras luces, a la trascendencia y a la gratitud, el que nos trae siempre risas y llantos envueltos en aforismos castellanos, en palabras de la Chon que se le salen del corazón porque le rebosan a la boca.

A Luis el rey mago de la sonrisa y el silencio cómplice, el que nos hace reír en las situaciones más dramáticas, el que vive la pasión con el cariño y la ternura del artesano. Al que encierra en sus manos temblorosas todas las canciones, todas las figuras, todas las historias que nos hacen lo que somos. Al rey mago de la amistad más fiel... Al que no viene desde Oriente pero emprende un largo viaje desde Tarancón... solo para cenar con los amigos...

A Mariaje y Juanma, los reyes magos de los buenos y los malos momentos. A los que se comen kilómetros para estar con la amiga cuando sufre y los devoran para acompañarnos en la alegría. A la garganta de una mujer que se rompe en cada nota, en cada melodía. Al corazón del hombre que ha sabido amarrarla a la ternura y hacer que brote de cada momento juntos un aliento de esperanza y sonrisas.

A Roberto, el rey mago de la entrega generosa, del abrazo fuerte y recio, burgalés. Al rey de la confianza y las preocupaciones compartidas, el del cariño heredado y asumido como propio. Al rey mago de las puertas abiertas y la honestidad más fiera. Al rey mago del bien común, de los amigos pocos pero intensos...

A Gema y Miguel, los reyes del espíritu práctico, del corazón agradecido, de la amistad sencilla, de la de zapatillas de andar por casa, de las cunas y los cambiadores...

A Julio, Belén, Iván y Noelia... los reyes de la amistad sin contraprestaciones. Los reyes del estar ahí para cuando sea y desde siempre.

A Anabel, Belén y Herminio... reyes magos desde lejos, de los que pasamos meses sin noticias y nos sorprenden con la ternura en la distancia. A los que nos dan amor sin sentirlo porque ese amor nos sostiene.

A José Luis y Mónica los reyes de la vida por derecho. De la resistencia y la coherencia del amor y la amistad honda y sin fisuras, a pesar de las distancias, los tiempos o las diferencias. Los reyes de la casa siempre abierta y del corazón dispuesto a la acogida. A los reyes de las llamadas perdidas y de los momentos difíciles.

A Cristina, la reina de los correos duros y lúcidos, la reina de la lucha por la vida sin sucedáneos. La reina del cariño hondo y gratuito. La reina de los relatos y las fotos.

A Nerea, la reina de las historias tiernas por fuera y duras por dentro como la roca. La reina de la resistencia, contra la enfermedad, contra la tristeza, contra el desaliento...

A las reinas-brujas que están ahí haciéndose rabiar y queriéndose rabiosamente. Porque ellas no lo saben pero son un regalo unas para otras.

A Paco, el rey mago de la santidad más racional. El que creyó en Marcos y lo amó antes de existir. El compañero de dudas y certezas, el amigo.

A Javi, el hombre de la incertidumbre y la hipocondría. El del cariño más excesivo y más atemporal. Al niño, al profesional, al compañero, al iconoclasta. El rey de la automedicación y las recetas del corazón.

A Rafa y María... los reyes magos más cotidianos. Los reyes incrédulos (va por ti, Rafa). Los del mérito enorme de acompañarnos en los momentos más prosaicos. Porque igual cenamos de estrellas Michelín que nos emborrachamos de tapas y vinos. Porque la amistad más tierna nace de los tiempos más ásperos.

A Mariano y Mercedes... los reyes magos del sur. Porque para nosotros el sur siempre serán ellos. Porque han sido lazarillos y cicerones. Porque compartimos el temblor por la belleza y el amor por los viajes. Por tantas cosas pendientes...

A los reyes padres-madres-abuelas-hermanos-hermana-cuñadas-tíos-tías-primos-primas... porque son el sustrato en el que crecemos nosotros y nuestra semilla.

A tus amigos. A los que me dejo. A los que, a la hora de la siesta no recuerdo pero me esponjan el corazón. Los reyes magos de nuestros días laborales y festivos. A los químicos. Y los que no lo son.

A la única, la más, la amiga, la amante, la cómplice, la compañera, la dueña de mi corazón y de mi alma, la madre, el objeto de cada deseo, el sueño de mis noches de insomnio... mi única preocupación sincera, mi vida... Mi REINA MAGA.

A todos FELIZ DÍA DE REYES.