Me gusta el CAOS.

sábado, octubre 22, 2016

Hoy ha amanecido lloviendo. Un día gris. M. y yo nos hemos quedado en casa, encerrados, toda la mañana. 

Me gusta el caos de nuestra casa. Me gusta ver mezclados los juguetes de M., los papeles de la tesis de A., mis libros y los suyos. 

Me gustan los lápices de colores, los muñecos de superhéroes y los ordenadores viejos (en casa no tiramos nada). 

Me gusta que mi casa, nuestra casa NO sea un MUSEO. O mejor incluso. Me gusta que sea un "buen museo". Uno vivo, uno dinámico, abierto, lleno de gente y de experiencias. 

Me gusta cierto desorden de nuestras vidas, las sábanas revueltas, la tele encendida en otra habitación. El sonido de las páginas y el ruido del silencio. 

Me gusta el CAOS de nuestra casa.

Gafas de lectura

martes, febrero 02, 2016

Hoy he cumplido años. Ya son unos cuantos. He pasado el día trabajando metido entre proyectos, alumnos, equipos de trabajo… y rodeado de libros. Muchos, muchísimos libros. He podido escaparme a comer con mi compañera (aún son años y no me suena bien ni mujer ni esposa…) y mi hijo se ha quedado dormido encima de mí nada más llegar a casa. Ha sido un día perfecto.

Ya al final de la jornada he ido a retomar el último libro que me anda rondando y me ha venido a la cabeza una reflexión que yace semanas se me presenta escurridiza, me susurra y me invita a una nueva mirada.

Hoy he cumplido años. No tengo la sensación de “ser mayor” pero… mis ojos que hasta ahora habían sido modélicos, mi vista que había sido irrespetuosamente perfecta tanto de lejos como de cerca me falló hace ya unos meses. No fue progresivo, ni hubo aviso previo. De golpe y porrazo mis brazos ya no daban distancia suficiente para aclarar las letras borrosas de cualquier libro.

Desde hace un mes llevo gafas de lectura.

Un acto, la lectura, que hasta ahora formaba parte de mí de forma natural, sin consciencia, sin esfuerzo y sin constancia… se ha convertido en un acto que debe ir precedido de una rutina, acompañado de una muleta, matizado por un filtro. Un acto que ha sido para mí tan esencial como mi olor, mi altura o mi forma de mover las manos al hablar… se ha transformado en un acto que me exige ser consciente, estar despierto, estar.

Al principio me hacía un lío con las gafas, el cordón, la gamuza para mantenerlas limpias, las fundas… me las ponía y me las quitaba treinta veces  mientras intentaba leer un texto de apenas tres páginas en público. El extrañamiento que me producía -que aún me produce- tener que anteponer a mis ojos los cristales mágicos que hacen nítido lo borroso, que dan sentido a lo que solo intuyo sin ellos, me hacía sentirme torpe, incómodo.

Pero poco a poco esta muleta, esta pequeña extensión de mí mismo, este ritual de “antes de la lectura” me ha “obligado” a ser consciente del acto de leer. Y he comenzado (he recuperado más bien) a saborear el placer de sentarme tranquilamente, de preparar el momento, el lugar, el contexto que me acerca a la lectura. Las gafas de lectura me han devuelto la sensación de que esos momentos destinados SOLO A ESO, nada más que a eso, a leer… me constituyen, me confrontan, me conforman, me hacen ser lo que soy y me hacen ser más y mejor.

Así que de regalo de cumpleaños me he pedido unas gafas de lectura para TODO EN LA VIDA. Unas gafas de lectura para cada momento entre amigos, unas gafas de lectura para cada clase con mis alumnos, unas gafas de lectura para cada instante contigo (siguen siendo mágicos). Hoy he cumplido años. Ya son unos cuantos. Pero los años, como las arrugas y la vista cansada me han recordado que cada segundo cuenta. Y por eso me he sentado a escribir esto con mis “gafas de lectura"

no más quejas, no más gritos

jueves, noviembre 19, 2015


No quiero vivir instalado en la queja. No quiero vivir instalado en los gritos (exteriores o interiores). No quiero encontrar en todo lo que ocurre a mi alrededor excusas para justificar mi propio malestar, mi desasosiego, mi ansiedad.

Trabajar en educación supone enfrentarse a la mediocridad cada mañana. Combatir contra la pereza intelectual, confrontar la falta de miras, convivir con la acomodación, la autocomplacencia y el victimismo. La sociedad no nos considera, la administración no confía en nosotros, los alumnos nos desafían y los padres nos cuestionan… Los medios son siempre insuficientes; los incentivos, pobres; la motivación, escasa.

Y todo esto hace que en torno a nuestra profesión crezca el desinterés y la desidia, el derrotismo y la inercia. Y lo que es peor: la incompetencia. Como todo el mundo habla mal de nosotros… qué más da si lo hacemos bien o mal. La formación inicial es lamentable, los procesos de selección del profesorado (público y privado) reproducen los mismos males que intentan erradicar, la “profesión” alberga -cada vez más- a profesionales de otras “ramas” que buscan una menor presión, un horario y unas vacaciones más “compatibles” con la vida familiar aunque sea a costa de un salario más bien medio.

Todo esto es así. Lo sufrimos cada día. En centros públicos y privados. 

Y para colmo, las redes sociales y el fácil acceso a la información nos muestran “buenas prácticas”, experiencias de éxito y horizontes envidiables que aumentan nuestra frustración.

No más quejas, no más gritos. 

Visto este panorama quiero hacer(me) un propósito. Salir de la queja, salir de la irritación, del malestar que me  produce tantas veces el contexto… y concentrarme en lo esencial.

Me gusta mi profesión, me apasiona. Siento dentro de mí la responsabilidad y la importancia de mi labor. Soy consciente de que puedo (podemos) dejar una huella indeleble en el futuro. Porque los chavales son el futuro.

Me siento algo cansado. Hay ocasiones en que tengo ganas de arrojar la toalla y descansar. Respiro. 

Voy a concederme el beneficio de la duda. Voy a regalarme un rato cada día para respirar. Voy a pasar más tiempo mirando a mi hijo. Voy a besar más a mi mujer. Voy a seguir sonriéndole al malestar y al infortunio. Voy a cantar y a tocar la guitarra de vez en cuando. 

Voy a escribir cada día. A mano.

Hoy mismo voy a comprarme un cuaderno.

Voy a detenerme en la belleza. Voy a dejar que me haga feliz.

Voy a abrir la puerta. Voy a recuperar la ternura, la paciencia.

Voy a salir a correr de vez en cuando. Voy a dejar que la ducha se lleve el sudor y las toxinas.

Voy a mirar menos el móvil.

Voy a contestar el correo SÓLO una vez al día.

Voy a leer más. Por placer. Por curiosidad. Porque sí.

Voy a jugar con mi hijo cada vez que me lo pida. Y también cuando no me lo pida.

Voy a felicitar a los que hacen bien su trabajo. 

Voy a dar las gracias.

Voy a comer mejor. Más despacio. Y mejor.

y sobre todo...

…no más quejas, no más gritos.

Si algo (o alguien) no me gusta… haré por cambiarlo. Si no puedo, seguiré mi camino. 

Si algo me saca de quicio, me entristece, me abate… voy a respirar y a sonreír. Para empezar. O a guardar silencio.


Voy a hacer silencio. Por dentro y por fuera. Lo necesito. Necesito dejar posar la inquietud. . 

Re-abro "palabras que miran". En construcción



Por tu culpa… gracias a ti.

Hace ya muchos años empecé a escribir… gracias a ti. 
Hace ya mucho tiempo empecé a dar forma a mis sueños… gracias a ti.
Hace ya mucho mucho tiempo empecé a ser (casi) la mejor versión de mí mismo… sólo gracias a ti.

Por eso re-abro “palabras que miran”.


Porque necesito este espacio de silencio, de quietud, de ternura. Porque la lectura me hace feliz pero la escritura me construye. Y necesito saber que… sigo en construcción. 

100 y hasta siempre

lunes, noviembre 12, 2012

Hace ya más de un año que no publico nada en este blog. A. me regaló sus páginas en papel. M. aún no lo ha podido leer.

Ésta sería la entrada número 100. Un número redondo. Y es una meta y un comienzo. Andan por ahí cientos de trabajos pendientes, un puñado de proyectos profesionales y un par de ideas tomando forma...

Os presento uno de ellos. Desde hoy, me encontraréis allí...

Apalabrazos. Esperando que mis palabras sigan siendo abrazos. Intentando aportar algo en este universo tan abierto que da vértigo...

Un blog para pensar, para compartir y para LEER.

PASAD POR AQUÍ. MIL GRACIAS.

PODÉIS ENCONTRARME AQUÍ

Ja ja ja

martes, noviembre 08, 2011

En estos tiempos de incertidumbre y angustia. En estos tiempos de crisis y agoreros. En estos tiempos de vacío y desesperanza.... A mí me ha dado por reír. No la risa tímida de quien "ya lo veía venir". No la risa cínica de quien se siente "por encima del bien y del mal". No la risa nerviosa de quien se siente "pillado en un renuncio". Ni la risa provocada por el humor inteligente. Ni la risa provocada por la torpeza de otros.  A mí me ha dado por reír... abiertamente, radicalmente, sonoramente.

La culpa, cómo no, es de M. Cada día, al menos una vez al día, nos mira "comprometedor" y abre la puerta de las carcajadas. Sin motivo. Porque sí. Sin análisis y sin conciencia. La risa esponjada en el amor. La risa cristalina de quien no espera respuesta. Porque cada mirada es un diálogo. Porque sobran las palabras y las ideas.

Reivindico el poder de la risa frente a las ideas. El poder del llanto (de ese con hipidos y convulsiones) frente al análisis de las emociones. Reivindico la fuerza renovadora de los sentimientos compartidos a pecho descubierto. M. pasa de la risa al llanto con una facilidad y una entrega absoluta total. Llora con cada poro de su piel y ríe con los ojos. Con él estamos desaprendiendo de tantas teorías, de tanta ironía, de tanto cinismo, de tanto ser racional y frío.

Hacía años que no reíamos tanto. Y se nos nota en la piel (más arrugada pero más hermosa) y en alma (cada vez más ancha, en expansión). Con cada carcajada echamos a volar el futuro. Con cada sonrisa, la tarde se convierte en bálsamo.

Rían, rían. En mayúsculas o minúsculas. Con faltas de ortografía. Sin motivo. 

Difícil es mejor (nos hacemos mayores)

martes, octubre 25, 2011


Nunca he sentido la necesidad de "justificar" el dolor, ni el "sufrimiento", ni la dificultad. La vida me ha mostrado siempre su cara amable y sólo a veces me ha torcido el gesto. He disfrutado de los días y de la gente que amo y que me ama.  

Tal vez por eso me resulta tan ajeno el camino estrecho, la senda menos transitada, la vía difícil. No he sentido la necesidad de sublimar los reveses de la vida porque estos han sido pocos y siempre han venido compensados con caricias y abrazos que me ahogaban en ternura.

Y, sin embargo, de un tiempo a esta parte… cuando la VIDA me ha regalado su mejor sonrisa, cuando el TIEMPO se me ha ensanchado y la dulzura me acompaña hasta que cierro los ojos…

De un tiempo a esta parte empiezo a entender aquello de que sólo se valora lo que cuesta. Lo que cuesta esfuerzo o voluntad. Lo que cuesta sacrificio o renuncia. Lo que tiene (en el mejor sentido de la palabra) un precio.

De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de que lo que más AMO es lo que más me cuesta. Las piedras preciosas están llenas de aristas. Pueden ser hirientes y peligrosas pero sin ellas no serían lo que son. La belleza, la felicidad, cuando es honda… duele. Puede parecer una contradicción en los términos pero es, simplemente, una experiencia. 

De un tiempo a esta parte me he vuelto a enamorar. Porque eres fieramente humana. Porque no has perdido tus aristas en el roce con lo cotidiano. Porque menos que todo es poco para ti. Porque lo quieres todo. Porque lo amas todo. Porque lo inundas todo. Y en tu VIVIR sin red a veces me da el vértigo. En tu deseo de perfección me puede el cansancio, en tus ansias de vivir me ataca la pereza. Y entonces no me entiendes, y entonces no me entiendo. Pero sigo esperando poder mirarme en tus ojos para ser la mejor versión de mí mismo. Y me cuesta, porque me asusta ver lo que tú ves en mí. 

Cada detalle huraño, cada palabra ronca, cada reproche miserable… son solo el ruido de mis temores, la conciencia dolorosa de que lo que amo no puede ser mejor. Y un aprendizaje del tiempo y las canas: difícil es mejor.

Bendición

lunes, septiembre 12, 2011

El origen del las palabras está incrustado en el dibujo de sus letras igual que el ADN define nuestros huesos y sentimientos. Las palabras, encierran a veces secretos de la misma manera que nuestros gestos encierran rasgos de carácter escondidos que se revelan inesperadamente.

Ben-decir: Decir bien. Decir "cosas buenas". Más allá del halago o de la descripción. Bendecir: Desear con palabras todo el bien para el que las recibe. Prometer, ofrecer, regalar el deseo de que todo bien se acerque a la vida de quien recibe "bendiciones"

A veces nuestros palabras (cuando son dulces, tiernas, sinceras, consoladoras) dicen bien de nosotros. A veces nuestros hechos hablan a gritos de la bondad que se encierra dentro y que dejamos escapar con cuidado. A veces nuestra mirada habla de todo lo hermoso que ha observado y lo devuelve hecho ternura. De lo que rebosa el corazón habla la boca.

Y a un,o que adora las palabras, que pone el corazón en ellas, que las busca, las desea, las necesita para explicar y para explicarse… a veces no le bastan para expresar la gracia que se ha derramado sobre su vida, sobre sus vidas.

Y cuando nada es suficiente, cuando no hay manera de devolver todo lo recibido… solo queda escuchar en silencio las bendiciones recibidas.

Cuando Dios pensó en la palabra más hermosa, la más dulce, la más sincera, la más agradecida hacia nuestra vida, pequeña pero honesta, torpe pero entregada, sedienta pero apasionada… Cuando Dios trató de pronunciar su "ben-dición" hacia nosotros. Cuando Dios abrió la boca para "decir-nos bien"…NACISTE TÚ.

Eres la mejor palabra que jamás pronunciarán nuestras vidas. Eres el verso más hermoso, la más bella historia, la mirada más limpia. No hace falta encontrar más palabras. Tú eres nuestra bendición.

M.

lunes, mayo 09, 2011

Tengo ganas de conocerte. LLevo 48 horas mirando el vientre de tu madre y ahora sí: tengo ganas de conocerte. Te envidio M.... porque estás sin hacer, porque estás por hacer y por nacer. Te envidio porque tienes el alma nueva, por estrenar. Ojalá florezca como el sol rompe la niebla en este día gris.

Naces en un día en el que el mismo Dios se ha indignado con los que "no dan fruto", se ha enfurecido con los que comercian con los sueños. Has nacido en un día de ira y rabia contenida, la misma que pareces traer contigo. Que la santa indignación no te abandone nunca. Que la injusticia no te sea nunca indiferente. Que la verdad se venga a tu rostro como el rubor a las mejillas de tu madre cuando la miro como ahora.

DÍAS DESPUÉS.

Te has hecho esperar y has llegado "dando guerra". Desde el primer día hemos entendido lo que significa vivir con el "alma en vilo". "No apaguéis la llama que titila ni quebréis la rama tronchada". Así has dejado nuestras vidas: colgando del hilo de tu sonrisa, encogidas en el vientre de tus miedos... atrapadas en el tiempo de tus latidos.

Durante un instante se nos paró el corazón porque su impulso no alcanzaba el resuello de tu llegada. Durante un segundo solo fuimos temor y temblor ante una vida que se abre paso a zarpazos, hincando las uñas en la tierra.

Estas palabras tiene un "punto" exhibicionista. Lo sé. pero has reventado las costuras de nuestras vidas y ya no nos caben dentro ni las palabras ni el agradecimiento.

Has nacido entre el dolor de tu madre, las lágrimas de tu padre, el miedo de tu familia y la oración y el cariño de los amigos. No hay mejor colchón en el que recostar tu frágil cabecita. Nos has ensanchado el aire y el tiempo se ha dilatado hasta borrar sus límites. No hay noches ni días. SOLO TIEMPO DE GRACIA.

Esperar

miércoles, marzo 02, 2011

Si pones en google "esperar" o "espera" o "esperanza" te salen 8.700.000 resultados en 0,21 segundos, sólo en imágenes. Si miras a los adolescentes salir de clase al toque de campana puedes ver en sus gestos bruscos, en sus voces desarmadas, en sus prisas y risas nerviosas... la imagen de la impaciencia: la necesidad de que la vida llegue hasta ellos y que llegue ya.

Son tantos y tantos los post, tuiters, aforismos y refranes que glosan la belleza y la necesidad de la espera(nza) que paraliza y dan ganas de echarse pa dentro tantas impresiones que se agolpan en la boca del estómago estos días.

Pero hace tiempo que sé que las palabras (propias y ajenas) no sólo le ponen nombre a las emociones sino que las atrapan en una burbuja, las posan sobre nuestra mano y nos las regalan así, alejadas de nosotros, contempladas, admirables. Porque las palabras espantan los fantasmas, eliminan la capa de angustia que envuelve lo que sentimos y dejan nuestros pensamientos, nuestras intuiciones y nuestro corazón desnudos. Sólo así podemos sonreír o enternecernos o estremecernos o llorar sin rabia, dulcemente, en paz.

Vivimos los últimos días de eso que llaman "estado de buena esperanza". Se ha escrito mucho, muchísimo, sobre este tiempo especial. Se han cantado sus bondades y se ha sublimado su significado. Lo que no se dice (o igual sí y yo no lo he escuchado) es que estas horas están llenas de nervios, de miedos, de inquietud, de ansiedad, de impaciencia, de tristeza, de jugos gástricos, de contracturas, de apneas, de nauseas, de malestar, de pesadillas, de dudas. Lo que no se dice es que estos días son largos como ninguno, que cuando llegan las 10 de la noche uno vuelve a pensar: hoy tampoco. Lo que no se dice (dicen que porque luego se olvida todo) es que el espacio se vuelve un enemigo y el salón de tu casa el campo de batalla de tu paciencia contra la rabia.

Y que a pesar de todo, este tiempo no es un tiempo yermo. Que es un tiempo para aprender, para aprenderse. Que es un tiempo para mirarse, para escuchar los latidos del corazón propio y el ajeno. Que una palabra, una sonrisa, una noticia, una nota, un detalle puede hacerte vibrar en este tiempo como nunca antes. Que, bien mirado, es la primera vez que uno espera honesta, urgente, apasionadamente a la Vida.

PD: Te acompaño torpemente en tu lucha encarnizada contra la impaciencia. Nunca mi silencio ha sido tan estéril ni mis palabras más inútiles. No sé qué decir ni qué callar. Así que, simplemente, estoy. Hasta cuando no estoy.

huérfanos de cine

miércoles, febrero 02, 2011

No soy un cinéfilo ni un entendido. Me gusta el misterio del cine de la misma manera que me seduce la magia de las palabras. Me gusta sentirme atrapado en una pantalla o entre las líneas de una buena narración.

Pero a las historias se llega a través de manos amigas que dejan sobre tu mesa novelas inevitables, ojos lúcidos que ven más allá de la apariencia y descubren (los des-cubren, los des-tapan, los des-velan) filmes que hubieran quedado ocultos, que hubieran pasado desapercibidos.

JLC ha sido mis ojos en el cine desde hace años. Desde hace un par de semanas no pública sus habituales críticas en la revista a la que estoy suscrito. No tengo nada contra su "sustituto" y me consta que a él le cansaba la tarea de desgranar películas cada semana. Pero hoy no puedo evitar sentirme un poquito "huérfano de cine", o de palabras.

Para conocer la opinión de JLC sólo hacía falta leer el último párrafo (eso me lo descubrió A.). En un puñado de líneas recogía la esencia de una historia, sus grietas, sus destellos de genialidad o sus trampas. A partir de ahí tocaba volver al comienzo de la crítica para recabar la información que, como periodista de raza que es, daba sintética, ordenada, precisa y pertinente (y cada vez es más difícil encontrar ninguna información que cumpla esos requisitos). Podías estar de acuerdo o no con su análisis y con su opinión (que por cierto, también diferenciaba honestamente) pero siempre encontrabas pistas para "leer" la película, insinuaciones, observaciones, apuntes y apostillas, notas a pie de página o notas al margen... que te acercaban a la historia con más poso, como a un vino reservado para un momento especial.

Pero es que además, JLC profundizaba las intenciones, la realización, las causas y los efectos... Ponía los puntos sobre las íes y nos ayudaba a separar el grano de la paja. Sin ira, ni pedantería, sin dogmatismo ni adoctrinamiento... JLC destacaba los valores humanos y divinos, las lecturas más hondas y los detalles más reveladores. El cine se tornaba en mensaje y el mensaje encerraba casi siempre un mucho de coherencia y un puntito de ternura que hacían de sus críticas más caricia que alabanza, más complicidad que compadreo...

Gracias JLC por todos estos años de tardes solitarias (o no) de cine compartidas con nosotros. Gracias por seguir escribiendo "como si no fuera importante". Porque todas las cosas que lo son, son así.

Mucho más que tres

jueves, enero 06, 2011

Está claro que los Reyes vienen de Oriente. Está claro que andan cargados de magia para poder alcanzar tantas ilusiones tan diversas en tantos lugares y tantos corazones. Está claro que los Reyes lo son porque un día supieron qué estrella seguir y a Quién adorar.

Lo que no está tan claro es que sean tres.

A Gaspar, Melchor y Baltasar... les han salido en nuestras vidas -vidas llenas, pletóricas, excesivas, derramadas, abrumadas...- colaboradores tan reyes y tan magos como ellos mismos. Hoy, día de reyes, no podía quitármelo de la cabeza. Y así, sin literatura ni muchas metáforas, sin adornos ni giros hermosos... quiero dejar constancia de tanto rey mago como nos acompaña los otros 364 días del año....

A Juanan el rey mago del carisma y la iluminación, el que nos abre siempre a otras luces, a la trascendencia y a la gratitud, el que nos trae siempre risas y llantos envueltos en aforismos castellanos, en palabras de la Chon que se le salen del corazón porque le rebosan a la boca.

A Luis el rey mago de la sonrisa y el silencio cómplice, el que nos hace reír en las situaciones más dramáticas, el que vive la pasión con el cariño y la ternura del artesano. Al que encierra en sus manos temblorosas todas las canciones, todas las figuras, todas las historias que nos hacen lo que somos. Al rey mago de la amistad más fiel... Al que no viene desde Oriente pero emprende un largo viaje desde Tarancón... solo para cenar con los amigos...

A Mariaje y Juanma, los reyes magos de los buenos y los malos momentos. A los que se comen kilómetros para estar con la amiga cuando sufre y los devoran para acompañarnos en la alegría. A la garganta de una mujer que se rompe en cada nota, en cada melodía. Al corazón del hombre que ha sabido amarrarla a la ternura y hacer que brote de cada momento juntos un aliento de esperanza y sonrisas.

A Roberto, el rey mago de la entrega generosa, del abrazo fuerte y recio, burgalés. Al rey de la confianza y las preocupaciones compartidas, el del cariño heredado y asumido como propio. Al rey mago de las puertas abiertas y la honestidad más fiera. Al rey mago del bien común, de los amigos pocos pero intensos...

A Gema y Miguel, los reyes del espíritu práctico, del corazón agradecido, de la amistad sencilla, de la de zapatillas de andar por casa, de las cunas y los cambiadores...

A Julio, Belén, Iván y Noelia... los reyes de la amistad sin contraprestaciones. Los reyes del estar ahí para cuando sea y desde siempre.

A Anabel, Belén y Herminio... reyes magos desde lejos, de los que pasamos meses sin noticias y nos sorprenden con la ternura en la distancia. A los que nos dan amor sin sentirlo porque ese amor nos sostiene.

A José Luis y Mónica los reyes de la vida por derecho. De la resistencia y la coherencia del amor y la amistad honda y sin fisuras, a pesar de las distancias, los tiempos o las diferencias. Los reyes de la casa siempre abierta y del corazón dispuesto a la acogida. A los reyes de las llamadas perdidas y de los momentos difíciles.

A Cristina, la reina de los correos duros y lúcidos, la reina de la lucha por la vida sin sucedáneos. La reina del cariño hondo y gratuito. La reina de los relatos y las fotos.

A Nerea, la reina de las historias tiernas por fuera y duras por dentro como la roca. La reina de la resistencia, contra la enfermedad, contra la tristeza, contra el desaliento...

A las reinas-brujas que están ahí haciéndose rabiar y queriéndose rabiosamente. Porque ellas no lo saben pero son un regalo unas para otras.

A Paco, el rey mago de la santidad más racional. El que creyó en Marcos y lo amó antes de existir. El compañero de dudas y certezas, el amigo.

A Javi, el hombre de la incertidumbre y la hipocondría. El del cariño más excesivo y más atemporal. Al niño, al profesional, al compañero, al iconoclasta. El rey de la automedicación y las recetas del corazón.

A Rafa y María... los reyes magos más cotidianos. Los reyes incrédulos (va por ti, Rafa). Los del mérito enorme de acompañarnos en los momentos más prosaicos. Porque igual cenamos de estrellas Michelín que nos emborrachamos de tapas y vinos. Porque la amistad más tierna nace de los tiempos más ásperos.

A Mariano y Mercedes... los reyes magos del sur. Porque para nosotros el sur siempre serán ellos. Porque han sido lazarillos y cicerones. Porque compartimos el temblor por la belleza y el amor por los viajes. Por tantas cosas pendientes...

A los reyes padres-madres-abuelas-hermanos-hermana-cuñadas-tíos-tías-primos-primas... porque son el sustrato en el que crecemos nosotros y nuestra semilla.

A tus amigos. A los que me dejo. A los que, a la hora de la siesta no recuerdo pero me esponjan el corazón. Los reyes magos de nuestros días laborales y festivos. A los químicos. Y los que no lo son.

A la única, la más, la amiga, la amante, la cómplice, la compañera, la dueña de mi corazón y de mi alma, la madre, el objeto de cada deseo, el sueño de mis noches de insomnio... mi única preocupación sincera, mi vida... Mi REINA MAGA.

A todos FELIZ DÍA DE REYES.

Generación del 27

jueves, diciembre 16, 2010

Hoy se cumplen 83 años de la "fundación" de la Generación del 27.

Un poema para celebrarlo.

Anoche se me ha perdido
en la arena de la playa
un recuerdo
dorado, viejo y menudo
como un granito de arena.
¡Paciencia! La noche es corta.
Iré a buscarlo mañana...
Pero tengo miedo de esos
remolinos nocherniegos
que se llevan en su grupa
-¡Dios sabe adónde- la arena
menudita de la playa.

Pedro Salinas

Son sueños

lunes, noviembre 29, 2010

Últimamente sueño mucho. No quiero decir que tenga visiones, ni anhelos de futuro, ni objetivos a medio o largo plazo. Digo que últimamente sueño mucho. Cuando duermo. Mis alumnos, mis amigos, mi pareja, mis angustias, mis preocupaciones de cada día se me cuelan por la noche entre la almohada y su pelo. Hay noches que los sueños son tan intensos, tan afanosos, tan detallados... que me levanto agotado y con la sensación de andar de acá para allá buscando no sé qué o solucionando no sé qué problema.

Pero esta mañana me he levantado sonriendo, aún más cansado y feliz. Anoche soñé, por primera vez, con Marcos. Le llevaba de la mano -¿o era él quien me llevaba a mí?- por calles conocidas y parques oníricos, de esos que sólo guardan un vago aire familiar con la realidad. Se paseaba nombrando cada objeto, cada gesto, cada mirada. Se paseaba re-nombrando todo a nuestro alrededor y me parecía estar viéndolo todo con ojos nuevos. Me arrastraba de un lado a otro, ansioso, como si no hubiera tiempo para "leer" tanta vida como se agolpaba a nuestro lado. Y me sonreía. Volvía a mí sus ojos y sonreía.

No pude oír su voz pero estoy seguro que estaba llena de palabras. No recuerdo el color de sus ojos pero sé que su brillo me encendía por dentro. No recuerdo su pelo pero me he despertado con el tacto de sus manos en mis manos.

Anoche soñé, por primera vez, con Marcos. Y su promesa, su presencia, su existencia, su misterio me devolvieron el descanso que me arrebata el sueño. A los amigos que esperan con nosotros, a los sueños que conjuran pesadillas, a la madre de la promesa. Gracias.

A los 40... eres lo mejor que me ha pasado

lunes, septiembre 06, 2010

SÍ ERES TÚ... LO MEJOR QUE ME HA PASADO

1. Si mi vida está llena de sentido

2. Si soy capaz de levantar el cuello

3. Si miro de frente lo que me ha sucedido

4. Si me siento casi rozando el cielo


5. Si tengo sonrisas y sueños estrenados

6. Si mis palabras me sirven de consuelo

7. Si mis ojos aún no se han cegado

8. Si mi alma se levanta del suelo


9. Si no me importa madrugar por las mañanas

10. Si conservo los amigos y los miedos

11. Si no dejo de ser torpe y malacara

12. Si me besas con gesto dulce y quedo


13. Si me haces mejor con cada frase

14. Si me acompañas llenando los silencios

15. Si me das mucho más que lo que espero

16. Si me dejas sonriendo en los desvelos


17. Si no sé ya sin ti llenar el tiempo

18. Si ya no encuentro molestias ni defectos

19. Si me dejas sin aliento con tus besos

20. Si te sigo sordo, mudo o ciego


21. Si nos espera el futuro tras la puerta

22. Si nos buscamos con los ojos en los huecos

23. Si no están nuestros sueños desiertos

24. Si vivimos todo el tiempo alerta


25. Si tu vientre engendra mis deseos

26. Si llenas de alma mi interior vacío

27. Si nada es tuyo ni nada es sólo mío

28. Si mis palabras son apenas balbuceos


29. Si no hay temblor que no habite tu pecho

30. Si tus palabras están llenas de aliento

31. Si tus manos se mueven contra el viento

32. Si mis ojos te ansían al acecho


33. Si cada día es un reto o un tropiezo

34. Si no soportas la injusticia ni las dudas

35. Si te arrojas sobre la vida a oscuras

36. Si me dejas boquiabierto en los espejos


37. Si me faltan palabras para amarte

38. Si no hay canciones que alcancen a soñarte

39. Si no encuentro ni qué regalo darte

40. Si no soy más que una parte de tu parte


SÍ ERES TÚ... LO MEJOR QUE ME HA PASADO

Si eres tú

Gracias a Spotify y a un cierto arrebato de nostalgia que nos llevó a buscar y escuchar todo lo que Rosa León llegó a grabar que no fuera para niños... apareció en nuestras vidas una canción que en estos días de emociones y comienzos me hizo saltar las lágrimas.


A medio camino entre la parroquia y el melodrama, parte del repertorio más clásico de los clásicos "Mocedades"... nadie ha escrito una frase más simple y más necesaria. Soy lo que soy, escribo lo que escribo, vivo, amo, siento, canto, vibro, sueño... porque ERES TÚ LO MEJOR QUE ME HA PASADO.

Si eres tú (Ángel Guinda)

Si me despierto y está azul el cielo
Si voy a la cocina y no hay cerillas
Si echo a rodar mi vida por el suelo
Si al quererme sentar no encuentro sillas

Si eres tú
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú

Si me duelen las muelas y me amuelo
Si está la ciudad llena de octavillas
Si la luz se desata por tu pelo
Si mi infancia es un tren sin ventanillas

Si eres tú
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú

Si a mi sueño le faltan muchas camas
Si es nuestro amor luchar codo con codo
Si arderán los demás de nuestras llamas
Si tu me faltas ya me sobra todo

Si eres tú
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú lo mejor que me ha pasado
Si eres tú


Para colmo indagando descubro que el poema es de un conciudadano e intuyo que tío de una antigua alumna... Casualidades. Benditas casualidades.

sentirse bien (está sobrevalorado)

miércoles, septiembre 01, 2010

Sentirse bien. Las vacaciones de verano son una época especialmente propicia para cumplir con la penúltima de las obligaciones surgidas de una sociedad sin ganas ni hondura: sentirse bien. Hay que disfrutar las vacaciones, viajar, leer, ir a conciertos, comer y beber en exceso, amar, reír, cantar... y todo aquello que nos sirva para camuflar el descontento, la frustración o la tristeza del resto del año.

Mis circunstancias vitales (y sobre todo las tuyas) me han obligado a vivir de cerca la sensación de no encontrarse "nunca del todo bien". El cuerpo tiene su ritmo y casi nunca responde (excepto en la adolescencia y entonces no lo valoramos) a nuestras expectativas. El alma también tiene su ritmo y, a veces, nos pone más trabas que almohadones en el desesperante camino hacia la felicidad que se ha convertido en una utopía de las sangrantes y generadoras de frustración.

El dolor físico, las molestias, la tristeza, la depresión... se imponen en la vida como realidades inapelables. Podemos teorizar lo que queramos, sublimar incluso el dolor. Pero éste no ceja porque lo ignoremos o porque entonemos aleluyas a unos u otros diosecillos de la felicidad de saldo.

La alegría poco tiene que ver con todo esto. La "perfecta alegría", la auténtica felicidad tiene más que ver con la paciencia, con el saber acomodar las emociones a nuestra vida, con saber encajar y permitir que broten nuestras imparables ganas de vivir en cualquier circunstancia.

Mis circunstancias vitales (y sobre todo las tuyas) me han hecho percibir que estoy lleno de la alegría profunda que viene de adentro y va mucho más allá del "bien-estar". Me han hecho saber de la felicidad que da mirarte sin obtener una sonrisa. De la alegría de velar tu sueño y tus vigilias. De la profunda satisfacción de dejar que las horas pasen preocupado a cada minuto por los pliegues de tus sensaciones.

Porque mientras el cuerpo no aguanta, la mano no tiene fuerza para asirse al cabo de la vida, las mañanas son duras y las tardes cansinas... la vida sigue construyéndose a nuestro alrededor y a nuestro lado. Porque desde lo hondo nos viene la gracia de sabernos amados a pesar de nuestras miserias. Porque desde lo alto nos visita el sol incluso con las persianas bajadas.

Porque "sentirse bien" está claramente sobrevalorado.

Perder (retomar) el hilo

martes, julio 27, 2010


Puede parecer que en sitios como éste se pierde el hilo de lo contado, lo sentido, lo pensado. Puede parecer que uno ha desaparecido o anda enfrascado en proyectos que le impiden mantener fluido el embrujo de las palabras que van cayendo en esta ventana de miradas. Puede parecer que a uno le entra flojera o pereza a lo largo del curso y que luego se dedica a descansar durante el verano. Tal vez.

Pero a esta página, que fue un regalo de quien todo me lo da, le ha llegado la hora de retomar el hilo. De continuar la historia de emociones y palabras que se ha ido tejiendo con mis frases y vuestros comentarios. Así que en este tiempo que vivimos un poco entre paréntesis... me propongo no dejar escapar ni una intuición sin hacer el esfuerzo de ponerle palabras o darle la forma que se deje.

Me propongo hacerlo porque a pesar de las malas horas, del cansancio, de los miedos, de las sensaciones encontradas... sigo escribiendo con la tinta de tus ojos.

palabras crudas

miércoles, febrero 17, 2010

Enfrentarse a la "cruda realidad", imágenes demasiado "crudas", decir la "cruda verdad"... son sinónimo de algo rudo, agresivo, invasivo, sin filtro...

Escupir los propios sentimientos sin consideración alguna, vomitar las frustraciones sobre los éxitos de los otros, sacudir la insatisfacción sobre la ropa planchada de la gente feliz... son sin duda ejemplos crudos de falta de delicadeza y cuidado.

No ocurre lo mismo con las palabras. Al menos no con las ciertas, las verdaderas. O eso creo. Dicen que Javier Marías no corrige nunca lo que escribe. Y cuentan también que García Márquez entrega sus novelas repletas de faltas de ortografía que "alguien" se encarga de subsanar. Supongo que el impulso de las palabras les impide poner el filtro necesario, les inhabilita para ejercer de correctores de sí mismos y les otorga patente de corso en la inmediatez y falta de pulido de sus textos.

Me ocurre lo mismo a veces. Cuando las palabras brotan del corazón como el agua que rebosa de un vaso demasiado lleno. Cuando pensar y sentir se confunden en las pasiones (el amor, la amistad, el agradecimiento). Cuando no tengo tiempo ni ganas de contar sílabas o repasar tildes... Las palabras que aparecen son palabras crudas.

Palabras crudas que no respetan las convenciones, que no piensan en el lector -o tal vez piensan sólo en el lector-. Palabras que no se detienen ante nada y que se arrepienten de sí mismas apenas escritas o pronunciadas. Palabras crudas que encierran todo lo que seguramente debería ser callado. Palabras sin pudor y sin compuertas.

Y sin embargo, palabras únicas que estremecen tanto como un abrazo o una mirada. Palabras honestas que recogen lo perdido en el camino de las horas. Palabras que se cuelan en los entresijos del corazón y se acomodan para siempre.

Por eso quiero dejar mis sentimientos llenos de faltas de ortografía. Explicar mis afectos todos en mayúsculas. Abreviar los malos ratos hasta hacerlos incomprensibles. Cambiar los tiempos verbales para que cada futuro se conjugue en presente y cada pretérito sea siempre perfecto.

llamadas perdidas

lunes, febrero 08, 2010

Más de 90 llamadas en tres días. Mensajes sin responder y el buzón de voz repleto de ternura y buenos deseos. El corazón no da abasto para contestar cada latido que estos días ha palpitado tan cerca. Las palabras nos cubrieron como una manta en las noches de hospital y los signos de interrogación tejieron una colcha de bienvenida en nuestra casa.

La vida es dura a veces así, sin ton ni son. Pero las oraciones, los pensamientos, la preocupación y el cariño dulcifican sus aristas a base de montañas de caricias. Cada pregunta, caricias. Cada timbre del teléfono, caricias. Cada caja de bombones, caricias. Cada minuto de espera, caricias.

Llamadas perdidas que son como besos, lanzados al aire. Puede que no lo sepas pero he visto como las heridas se cierran por cada minuto de móvil regalado. Tanto cuidado, tanta ternura son un bálsamo que cicatriza las horas perdidas de sueño, los dolores, las acrobacias en la ducha, los cambios infinitos de postura en el sofá, las muletas, las vendas...

Aunque este mensaje se quede en la bandeja de SPAM: gracias a todos por quererla (casi) tanto como yo.

Anabel

domingo, noviembre 08, 2009

Anabel es una sonrisa que llega sin avisar. Anabel es dulce, delicada, frágil. Anabel es la amiga heredada del tiempo y de otros amigos. Anabel es una bolsa de viaje en el andén de una estación. Un paseo en coche por Barcelona, una cena improvisada, una sobremesa eterna plagada de café, de libros, de música y viajes...

Anabel ha recorrido el mundo pero sus ojos miran siempre como por primera vez. Anabel ya tiene años para no ser una niña pero conserva la curiosidad intacta, la inocencia -castigada por las circunstancias y el tiempo- viva. Anabel escucha más que habla. Y cuando habla, sus palabras llevan oídos, ojos, atentos a cuanto ocurre a su alrededor.

El corazón de Anabel tiene brazos: es capaz de rodear a los que ama, en el tiempo, en la distancia; es capaz de abrazarlos con cuidado cada vez que se encuentran. Los abrazos de Anabel son siempre nuevos.

Anabel es una llamada de teléfono, un SMS, un correo... Anabel es un trocito de ternura que se nos regala en unas pocas letras, a lo largo del tiempo, dosificado y gratis. A través de los años Anabel ha sido un pedazo de nuestro propio corazón que salió despedido desde el primer encuentro y anda por ahí con vida propia. Un fragmento de nuestros sentimientos caminando por las calles de la Ciudad Condal.

Nosotros también nos quedamos con Anabel en la memoria, en los recuerdos compartidos, en las entretelas del corazón. Por eso, cada vez que alguien sonríe franco, abierto, generoso... es su sonrisa la que cumple años a nuestro lado... Y entonces suena el teléfono...

FELICIDADES ANABEL.






La imagen es de Moni Pérez, elgatodepapel.blogspot.com

Escritor

martes, octubre 13, 2009

Siempre me "he sentido" escritor. Ahora, al fin, "soy escritor". Porque escribo.

con una mano a la espalda

domingo, septiembre 06, 2009

Yo a ti te gano con una mano atada a la espalda. La frase podría ilustrar la prepotencia de cualquier matón de patio de colegio o la alevosía de un portero de discoteca cualquiera. Nada más lejos.

Con una mano a la espalda ella nos regala más de lo que podemos asimilar. Con una mano a la espalda ella se pelea con la realidad cuando más difícil se nos pone. Y la vence. Con una mano a la espalda ella nos enseña que la paciencia no es sinónimo de pasividad. Con una mano a la espalda los años pasan despacio y las horas juntos demasiado deprisa. Con una mano a la espalda los gestos son torpes pero su mirada es cada vez más honda, más precisa. Con una mano a la espalda sus palabras son el bisturí que acierta a separar los sentimientos más puros.

Pero con una mano a la espalda la mente se enseñorea, las sombras se extienden y el ansia le echa un pulso desigual. Con una mano a la espalda las pasiones se aquilatan con el fuego de la paciencia. Con una mano a la espalda el corazón se desboca y se desliza ladera abajo.

Y sin embargo ella se mira en mis ojos, escucha los llantos, crea, crece, lucha, ríe, llora, y entrena la felicidad como un esfuerzo de días, de minutos, de segundos...

Con una mano a la espalda ella sigue siendo grande, su corazón inmenso, sus ganas de vivir inagotables, la fuente de su esperanza eterna. Ella a mí me gana con una mano atada a la espalda. Y otro año más, aunque no quiera, me dejaré ganar.

FELICIDADES

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viernes, junio 19, 2009

Hubo una vez (lo copio no lo invento) un huerto donde los enamorados podían acudir a buscar palabras para expresar lo que sentían. Allí crecían palabras de todo tipo y cada una tenía un precio ajustado a sus efectos y su etimología. Cada cual podía obtener allí palabras sembradas por otros que dijeran todo aquello que uno no sabía cómo decir. Los más atrevidos compraban consonantes y trataban de hacer con ellas palabras imposibles.


Encontré allí en otro tiempo palabras y palabras llenas de matices, de sabores, y cuajadas de historias. Algunas las compré, otras las robé. Las más, las tomé prestadas, las junté a mi modo y las hice mías. Y así fueron a veces tuyas a veces nuestras.

Después pasó el tiempo y un día, estando tú lejos y mi corazón solo, descubrí que mis palabras, las mejores, las más certeras, las más hondas... habían quedado incompletas.

Intenté releerlas y eran todas un conjunto impronunciable de consonantes apretadas, embarulladas, perdidas, incomprensibles e inasequibles.

Las palabras -y la vida- se me escurren y se me enredan cuando no puedo poner “las vocales” de tu vida en la mía. Las palabras -y la vida- me abren un vacío en canal cuando no te tengo cerca. Mis mejores ideas, las más sabias, las más tiernas, las más mías... no suenan a nada si no tienen las vocales de tu mirada, de tu risa, de tus manos para pronunciarse y volar.

Gracias por terminar mis palabras. Gracias por terminarME.

4 años

jueves, abril 23, 2009

En las relaciones, como en democracia, debería haber elecciones generales cada cuatro años.

Mi programa electoral estará vacío de promesas y repleto de versos, desnudo de intenciones y rebosante de deseos. No habrá mítines ni arengas porque contigo ando siempre en campaña.

Propongo mantener la soberanía en el mismo amor que la fundó, un amor hondo y profundo que forjó una coalición que ignora nuestros intereses y mira siempre a los ojos.

Reformaremos si hace falta nuestra Carta Magna, que para mí, hacia ti... sea siempre Carta Blanca.

Respetaré sin condiciones ni negociación tu “estado de las autonomías”, tu idiosincrasia y tu idioma tantas veces fabricado de silencios y de gestos a escondidas -que son los que guardan los sentimientos de veras-.

Construiremos juntos -espero- una ciudad -un hogar- más habitable y más tierno. Un lugar donde llegar, donde volver, donde esconderse o llorar. Un lugar que nos recoja de vez en cuando hechos pedacitos después de dejarnos la piel (el alma no, el alma es sólo nuestra) en una de tantas batallas de esas perdidas que emprendemos a diario.

De los dos, atenderemos siempre al más débil. Protegeremos las dudas y las indecisiones. Animaremos en los momentos de flaqueza y disfrutaremos hasta dolernos los tiempos de bonanza.

En cuatro años de balance... se me ocurren cuatrocientas razones para renovar este pacto de gobierno...

Hoy se celebran nuestras elecciones generales y yo, de nuevo, te elijo a ti, por MAYORÍA ABSOLUTA.

Palabras casi-perfectas

miércoles, enero 28, 2009

Nadie es perfecto. Los años y los daños nos lo van repitiendo como un murmullo suave y recalcitrante. Nadie es perfecto.

No hay nadie que sea capaz de escuchar mis silencios, de ignorar mis palabras, de hablarle a mis miradas y de acallar mis dudas. Tú no eres perfecta, pero casi.
No hay nadie que se trague mis cuentos, que me escuche encandilada más allá de 10 minutos, que se despierte y me mire... y sonría. Tú no eres pefecta, pero casi.

No hay nadie tan divino, tan humano que sea capaz de ver más allá de las bravuconadas, de las alharacas y los aspavientos que a veces hacen de mi vida un molinillo de viento. Tú no eres perfecta, pero casi.

No hay nadie que aguante el mal humor de la gripe, la hostilidad del silencio, las tardes urañas y las mañanas perezosas. Tú no eres perfecta pero casi.

Nadie es perfecto y el tiempo como una lupa nos muestra las imperfecciones, los surcos, las señales y las marcas... Nadie es perfecto pero yo tengo a mi lado... besos de desayuno, miradas que son caricias, tu cuello sobre el regazo, tu tiempo estirado y largo, el sol oculto en tus manos, el fuego, las travesuras, las pullas, los noteaguanto, el café por la mañana, los pies fríos, calcetines, el cuidado... Tú no eres perfecta... pero casi.

salir de las palabras

miércoles, diciembre 10, 2008


Hay pocas cosas que obliguen a uno a salir de las palabras para instalarse en el corazón de las cosas. Hay pocas cosas que fuercen a las palabras a decir mucho más de lo que encierran. Hay pocas cosas que lleven en su adentro tanto aire, tanta luz, tanta ternura encerrada que produzcan sonrisas y curen las ausencias...

Hoy he llegado a casa mudo de palabras porque sabía que no estabas. Hoy he aparcado el coche como quien aparca la prisa para subir un momento a casa y tomarme un respiro... Y la casa estaba llena de luz. Y el respiro estaba lleno de ti. Y la casa estaba llena de palabras escondidas en cada rincón. En la puerta de la nevera, en el mando a distancia, en el lavabo y la almohada. Y cada palabra era una sonrisa. Y cada sonrisa era una mirada. Y cada mirada estaba entera empapada de todo lo que necesito: tú.

Así que he roto mi silencio para salir de las palabras. Así que he vuelto a escribir para dejar salir a las palabras que andaban remolonas, que viven desorientadas y que nunca saben como llegar a decirte todo lo importante.

Y he imaginado que las palabras tienen entrañas ¿lo he imaginado? Y he mirado despacito, una por una, aquellas que me gustaría que viajaran hoy en tu maleta... "Adelante", estaba llena de curvas y recovecos, de rodeos y pasos atrás, estaba repleta de trampas de la voluntad y la pereza... Y en el fondo, en una esquina, agazapada estaba escondida en su interior la necesidad de verte avanzar, de verte crecer, de verte más tú para ser más yo. "Disfruta" es una palabra discreta, pintada del color convencional de los buenos deseos, barnizada con el tacto gastado del uso vacío... Pero por dentro estaba llena de sonrisas, de ideas, de aprendizajes... rebosante de proyectos, de palabras, de miradas... hasta arriba de endorfinas (¿se dice así?) que te devuelven a mí cansada pero más sabia, más feliz. "Juntos" me miraba callada desde una esquina de tu maleta, olvidada. Más silenciosa cuanto más separados. Más verdadera cuanto más repetida. Y por dentro el vacío: sin espacio ni tiempo... un huequecito en el que me he colado yo y he viajado en tu maleta, acompañándote en las cenas a 3 euros, en las conferencias sesudas y en los paseos junto al mar... Porque cada aventura, cada minuto, cada kilómetro... los vivo contigo.

palabras con "licencia"

lunes, octubre 06, 2008

Porque ya eres algo (mucho) de lo que soñaste ser.
Porque ya has llegado y tienes conciencia de estar a punto de empezar.
Porque el tiempo no pasa sobre ti sino que te ensacha el alma y te hace crecer.
Porque el límite es el infinito -en el que tantas veces te has perdido-.
Porque verte feliz me impide mirar hacia otro lado.
Porque eres más de lo que crees y menos de lo que puedes.
Porque ya tienes permiso para explorar mis sueños "con licencia"
FELICIDADES.

palabras regalo... palabras milagro

viernes, septiembre 26, 2008

Aunque ando escribiendo en otras carpetas de mi mac no puedo resistir dejar unas palabras en estos días...


Cuando la vida te viene de cara, cuando las cosas encajan, cuando los besos son correspondidos, cuando el cariño es mullido y la pasión nos envuelve y nos protege... se acaban las palabras. Los silencios son elocuentes cuando la vida nos responde...

En esos días dulces y rojos, en esos días amables e intensos... las únicas palabras que sirven son las palabras regalo... las palabras milagro. Sonidos que suenan conocidos, sílabas que se unen solas y letras que rebosan agradecimiento. Bastaría tal vez con pronunciarlas pero entran ganas de paladearlas, saborearlas, gritarlas o proclamarlas. Porque nos sentimos tocados por la gracia, acariciados por la vida, abrazados por la suerte.

Un regalo es un milagro que transforma un día gris en un estallido de emociones que discurren por los adentros. Un milagro es un regalo que no merecemos pero que acogemos con la humildad del que se sabe pequeño en sus miserias pero enorme porque es amado. Tu amor me hace grande y por eso la vida te está llenando de palabras-regalo, de palabras-milagro.

palabras de emergencia

martes, septiembre 09, 2008


La mejor manera de escribir es... por necesidad. Hay palabras que vienen a apagar fuegos -a veces incendios que provocaron otras palabras menos afortunadas-. Hay palabras que salen de adentro como a borbotones, desparramándose muchas veces en el silencio. Hay palabras necesarias y palabras urgentes.

Es necesario saber qué quieres hacer con tu vida pero es urgente saber quién quieres ser. Es necesario decirte que te quiero pero es urgente ponerle carne a las palabras, y saliva, y sudor, y corazón. Es necesario dar respuesta a las peticiones de la vida pero es urgente reconocer las preguntas importantes. Es necesario compartir las palabras pero es urgente regalárselas a quien nos quiere. Es necesario reconocer los límites y los defectos pero es urgente agradecer cada segundo contigo porque me hace ilimitado, eterno, especial.

Estos días en que empieza todo, en que todo renace y se renueva (cómo no ibas a nacer en septiembre)... son los días en que se vuelve a las palabras esenciales... Te digo tantas veces que te quiero, que te necesito, que me completas, que me haces mejor, que me guías, que me encuentras, que me centras, que me expandes... que las palabras se gastan a veces con el sabor de cada día... Por eso hoy en los primeros días de tu siempre nueva vida quiero regalarte tres palabras que son el origen y el fin, el pasado y el futuro, los secretos guardados en el corazón y las emociones desbordadas en caricias... Hoy te regalo... ÉRASE UNA VEZ

palabras "a tiempo"

lunes, junio 09, 2008

A tiempo y a destiempo... Hablamos sin parar y sin parar desperdiciamos las palabras. Porque si no sirven para hacer brotar la sonrisa, si no hacen estallar en carcajadas, si no endulzan una tarde gris de trabajo... es mejor no gastarlas.

Todas las palabras son bellas -como las personas- dichas a tiempo, en su momento. En la dirección adecuada, con el sentido correcto. Todas las palabras son hondas -como las personas- cuando no les colocamos balizas de mentira e interés que las mantienen a flote, en la superficie. Todas las palabras son útiles -como las personas-. Cuando las regalamos sin más, cuando las usamos sin prostituirlas al servicio de nuestros sentimientos más pueriles. Todas las palabras encienden lucecitas en la noche -como la personas- si las dejamos arder y no apagamos la llama que titila.

Tantas veces no encontramos la palabra, las palabras (las personas) adecuadas para éste o aquél caso, para ésta o aquella pena que acabamos por pensar que no sirven las palabras, que tal vez valga más el silencio, la indiferencia... Pero no es así .... sólo hay que saber decir y abandonar las palabras "a tiempo".

La foto es de Cristina Marco.

escala de grises

martes, junio 03, 2008

Siempre me admiró la capacidad de los arquitectos de reproducir el mundo a escala... Desde su atalaya a medio camino entre el arte y la técnica son capaces de representar los recovecos, rincones, imperfecciones y angosturas de cualquier lugar en un plano de ¡sólo dos dimensiones!...

La misma capacidad que los fotógrafos tienen de reducir el mundo lleno colores, infinitos matices brillos y reflejos... a una simple combinación de grises...

Las palabras, la literatura, es al fin una escala de grises que trata de atrapar la vida, de reducirla a escala, de limitarla a las interminables variaciones de gris que pretenden serle fiel. Las palabras, la literatura, es al fin un mapa para la vida que -si es buena literatura- cualquiera puede descifrar. Pero a la buena literatura la vida le rebosa por los bordes, se le escapa, se le agolpa en las tapas y la revienta. Porque la buena literatura no se limita a mirar desde arriba, de lejos sino que se acerca con las palabras a las entrañas del dolor y las pasiones, a los rincones más oscuros del deseo y el miedo, al brillo casual de una mirada, a la levedad de un gesto a lo lejos, a la intensidad de un grito silencioso... Porque la buena literatura disecciona lo que sienten hombres y mujeres... lectores... y lo ilumina, lo extiende, lo dibuja... lo expone... lo interpreta y le da sentido. Porque la buena literatura está llena de color y tiene más de 3 dimensiones...

De momento... me basta escribir en "escala de grises"

promesas

lunes, junio 02, 2008

Hace poco recibí un mensaje de N. en el que me recriminaba - animaba - abroncaba - instigaba a continuar escribiendo aquí en este rinconcito que un día A. me regaló en la Internet.

He de reconocer que muchas veces tengo dudas... Las palabras son parte de uno y las lleva tan pegadas, y las usa, las mal-usa, las ab-usa de tal modo que llega un momento en que no sabe si ha llegado ya el tiempo del silencio. Uno se pregunta si la novela siempre inacabada quedará siempre así... eternamente proyectada. Uno se pregunta si las palabras son necesarias... incluso para uno.

Y entonces releo todo esto, y escucho los ecos de mis palabras y me lanzo a una espiral de promesas a mí mismo que sé que no cumpliré pero que no quiero dejar de hacer.

Prometo no dejar de creer que una palabra puede cambiar una vida.
Prometo seguir venerando las palabras ajenas que han dado un vuelco a mi vida, los "te quiero", los "adelante", los "podemos", los "nosotros".
Prometo que seguiré creyendo que algún día terminaré lo empezado.
Prometo regalarme el tiempo necesario para las palabras.
Prometo defender con uñas y dientes el tiempo de los dos.
Prometo no olvidar que en las palabras descansa lo mejor de mí.
Prometo dejar un mensaje en tu buzón cada vez que se me agarre una pena en el corazón.
Prometo acunar tus palabras para que se duerman junto a mi alma en silencio.
Prometo seguir bebiendo de tus ganas de vivir.
Prometo dejar que las palabras sigan su camino.
Prometo no dejarlas pasar de largo ante mí.

Sé que no puedo cumplir mis promesas, que no puedo evitar cruzar los dedos... Por eso te doy las gracias Nerea, por eso te doy las gracias Asunta. Por no dejarme escapar de mis promesas...

palabras ajenas (cuando los sueños se pueden tocar)

lunes, marzo 03, 2008

Hace apenas unas horas DL me ha mostrado emocionado, contenido, humilde y discreto (como es él sólo cuando "es" en serio)... el primer ejemplar de su última novela. Prometo hablar "largo y tendido" del texto cuando se publique y se presente oficialmente.... Pero de momento me gustaría volcar en este pequeño rincón de palabras un agradecimiento, dos deseos y una "descarada" alabanza.

Gracias DL por compatir tu "grandeza" con los amigos. Por hacer de la humildad la mejor garantía de tu calidad. Por la constancia, por la paciencia, por la artesanía de tu oficio y el arte de tus palabras. Gracias por recoger junto a tus palabras los nombres de aquellos que nos preciamos de ser tus amigos y que vivimos -con los celos inevitables- con orgullo tus éxitos.

Ojalá que tus palabras sigan siempre siendo como tus sueños. Inabarcables como el mar que tanto te atrae. Concretas y realizables como los proyectos que emprendes sin descanso.

Ojalá que tus sueños sigan siendo siempre de esos que se pueden tocar, que se pueden leer, que se pueden escuchar y que tu generosidad siga compartiéndolos con los viejos amigos y los nuevos, con admiradores y enemigos, con compañeros y desconocidos... Que tus sueños sean de los que tienen olores, sabores, texturas y lecturas infinitas. Que la ambición no se te acabe. Que los proyectos se te acumulen sobre la mesa. Que las ganas se te renueven. Que el tiempo se te estire. Y que el cariño sea como tus sueños infinito como el océano, palpable como las pruebas de tu amistad.

Alabar, adular, halagar, elogiar, encomiar, enaltecer, celebrar... las palabras ajenas que están a punto de nacer en forma de libro resulta fácil cuando el oficio de narrador seduce y conquista a todo el que se acerca a la escritura honesta, cuidada, preocupada de DL. Resulta sencillo alabar "descaradamente" una literatura que precisamente no tiene máscaras, ni pretensiones vacuas, que devuelve a la historia todo su valor, que permite que los personajes sean exactamente eso: personajes que reúnan, que proyecten, que acumulen nuestros sueños y pasiones, nuestras ansias y temores, que sean portadores de nuestros más íntimos deseos y que nos arrastren en aventuras llenas de magia y misterio. Porque nos hacen tanta falta palabras para soñar... Gracias.

más palabras

domingo, febrero 24, 2008

Porque a veces se me (nos) olvida que las palabras están cargadas de intención

Porque a veces se me (nos) olvidan todas las palabras y me quedo mudo ahogado en mis propios pensamientos sin forma ni color...
Porque a veces las palabras no están "de más"...

Porque me haces sonreír por las mañanas, que no es fácil. Porque la vida contigo jamás es aburrida. Porque tus planes me sacan de lo inane. Porque dedicas horas y horas a escuchar a los demás y eso me recuerda lo que valen las palabras. Porque no me das la razón. Porque haces de la vida algo intenso y único. Porque el cansancio y el dolor no te tumban ni te paralizan. Porque no puedes dejar de leer cuando las palabras merecen la pena. Porque explotas ante la injusticia. Porque te preocupa dar con las flores adecuadas. Porque tus ojos son sólo para lo que merece ser mirado. Porque a veces tus ojos son exclusivamente míos. Porque sonríes con la mirada. Porque el tiempo te pertenece. Porque tu desorden no me deja acomodarme. Porque me enseñas a esperarte. Porque no te gusta esperar. Porque tienes más voluntad que fuerza. Porque tus pensamientos son como chispas que arden siempre a nuestro lado. Porque cuando estás... estás. Porque eres capaz de robarle minutos al sueño. Porque madrugas. Porque te apagas por la noche como el ocaso más dulce. Porque siempre renaces. Porque la verdad no se esconde de ti. Porque tu mano busca la mía cuando paseas a mi lado. Porque siempre ocultas un deseo. Por tus proyectos. Porque los sueños a tu lado son reales. Porque mi alma es sólo un trocito de ti...

palabras "de más"

lunes, enero 28, 2008

Hay palabras que sobran, que estorban, que interrumpen, que no dicen nada. Hay palabras que, como una visita inoportuna, están de MÁS.

En el (casi) sagrado acto de la escucha hay palabras que, como en la más cruel de las antiguas tradiciones, matan al mensajero: las palabras de Otro que se habían regalado honestas, sinceras, generosas. Los "sí...pero", los "es que...", los "sin embargo", los "yo pienso...", los "en mi opinión..." destruyen la belleza, la novedad, la sorpresa encerrada en el relato del Otro, que es su propia vida, cuando es de verdad.
Palabras que matan en lugar de dar vida, en lugar de animar, de extender, de estimular, de encender... las palabras que me das. En lugar de tirar del hilo como los "cuéntame más...", los "explícamelo", los "enséñame", los "hazme entender"... cortan la hebra que teje los sueños.
Sobran las palabras que dudan, que cuestionan, que critican, que ironizan, que matizan, que provocan.
Poner "reservas" a las palabras del Otro es "guardarse", "reservar" mi propio pensamiento, mi propia verdad. Escatimar mi atención y mi mente por miedo a disolverme en tu historia, en tu cuento, en tu verdad.
Las palabras dan tanto miedo como el amor. Y si no deja uno que los besos, las palabras, se extiendan, se alarguen, se vuelvan soberanos... no acariciaremos jamás el rostro del amor, el olor de la verdad. Cada palabra medio-escuchada es un beso mal dado y una caricia descuidada. Cada palabra enterrada en matices, discursos, disensos, debates y polémicas es una palabra perdida, una palabra de menos. Y las mías, ahora ya, palabras "de más".

palabras perdidas

domingo, enero 27, 2008

Cuántas cosas se quedan por decir. Cuántas cosas sentidas, pensadas, vividas... desaparecen de una vez y para siempre en el lento pero seguro proceso del olvido... Hace no demasiado tiempo veía en una entrevista televisiva al viejo escritor y profesor... Sampedro alardeando de su distancia con las nuevas tecnologías (por qué será que para algunos ya no son tan nuevas) y exhibiendo orgulloso su "ordenador personal": una pequeña libreta en la recoger y ordenar las ideas, los pensamientos, las PALABRAS para que no se escapen, para que no se pierdan.

Dicen que somos esclavos de nuestras palabras y dueños  sólo de nuestros silencios. Pero las palabras no dichas, no pronunciadas, no regaladas, no escupidas, no vomitadas... (y así podría seguir más y más)... son como el agua que se escapa entre las manos... Por más que junte los dedos, que me esfuerce en recuperar aquellas palabras, aquellas ideas, aquella frase genial, aquella sensación, aquel momento... se escurre y se precipita, derramado en el suelo de las vidas que ya nunca seremos capaces de vivir.
En el reino de los besos olvidados, de los abrazos amagados, de la ternura escondida... duermen también las palabras perdidas. Las palabras que por pereza o pudor, por prisa o temor, por falta de amor... se han ido perdiendo, olvidando, deshaciéndose. Son líquidas, escurridizas, espesas y torpes... Son ya sólo la sombra de la palabra que fueron. No significan nada. Son irrecuperables. Porque las palabras perdidas son... palabras sin tiempo.
Y todo esto, ¿a cuenta (o es mejor a cuento?) de qué?... Muchos días sin escribir. Muchos días sin dejar que las palabras nutran, rieguen, inunden el corazón de los que me quieren. Muchos días de palabras... perdidas. Y porque hay palabras que no quiero que se pierdan y porque hay palabras que aún están por inventar, porque hay palabras que sólo significan si las susurro a tu lado. Porque no quiero derramar el vaso de los "tequiero", de los "ahora", de los "parasiempre", de los "tu",  de los "cuéntameunahistoria"... Porque no quiero perder ni una sola palabra más... Mañana me compraré una libreta. (otra más). Y no te prometo nada. Pero tal vez, sólo tal vez, esta vez encuentre las palabras, la palabra adecuada para ti.

año nuevo

miércoles, enero 02, 2008

Cada vez que me amas es un milagro

palabras de navidad (y año nuevo)

lunes, diciembre 31, 2007

En estos días recibimos mensajes y mensajes llenos de buenos deseos, de memorias compartidas, de "paz y amor" y de las mejores intenciones... Entre las bromas, el cinismo y el escepticismo se cuela a veces alguna que otra "palabra" de Navidad. Palabras de esas que nos hacen poner la piel de gallina, que nos encogen el corazón, que nos hacen sentirnos pequeñitos e inmensos a la vez. Entre mensajes repetidos y reenviados, SMS, MMS, E-mail, tarjetas navideñas, aguinaldos... se cuela el corazón de los que nos recuerdan estando lejos, de los que nos guardan en un rinconcito de la memoria y el cariño, de los que sabemos que sufren estando cerca o lejos y a los que tanto nos cuesta enviar palabras de consuelo (monta.. va por ti).
Nunca he sido capaz de decir en pocas palabras lo que podía decir en un montón (mis amigos saben bien de mi incontinencia verbal) pero cuando se trata de dejar brotar el corazón y ser honesto, cuando se trata de dejar constancia de lo que a uno mismo le hace ser lo que es y le sustenta... casi siempre me quedo mudo. Así que SILENCIO... nos ha nacido un Sueño, se nos regala un año (bisiesto).