palabras de navidad (y año nuevo)

lunes, diciembre 31, 2007

En estos días recibimos mensajes y mensajes llenos de buenos deseos, de memorias compartidas, de "paz y amor" y de las mejores intenciones... Entre las bromas, el cinismo y el escepticismo se cuela a veces alguna que otra "palabra" de Navidad. Palabras de esas que nos hacen poner la piel de gallina, que nos encogen el corazón, que nos hacen sentirnos pequeñitos e inmensos a la vez. Entre mensajes repetidos y reenviados, SMS, MMS, E-mail, tarjetas navideñas, aguinaldos... se cuela el corazón de los que nos recuerdan estando lejos, de los que nos guardan en un rinconcito de la memoria y el cariño, de los que sabemos que sufren estando cerca o lejos y a los que tanto nos cuesta enviar palabras de consuelo (monta.. va por ti).
Nunca he sido capaz de decir en pocas palabras lo que podía decir en un montón (mis amigos saben bien de mi incontinencia verbal) pero cuando se trata de dejar brotar el corazón y ser honesto, cuando se trata de dejar constancia de lo que a uno mismo le hace ser lo que es y le sustenta... casi siempre me quedo mudo. Así que SILENCIO... nos ha nacido un Sueño, se nos regala un año (bisiesto).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El silencio, una realidad cuya presencia requiere de otras ausencias, se ha vuelto exótica. Ya casi no quedan momentos mudos, siempre contamos -bien que nos encargamos de ello- con sonidos de fondo en nuestras escenas cotidianas: música, televisión, el ronroneo de un electrodoméstico... cuando no gritos, golpes o portazos.
Quizá es que no nos atrevemos a enfrentarnos al silencio, por lo que tú dices: nos obliga a ser honestos con nosotros mismos.
Incluso cuando caminamos por las calles, lo hacemos bajo el íntimo resguardo de unos auriculares, no vaya a ser que el tráfico nos traicione y nos encontremos con un instante de calma, de ausencia de ruido.
Una de las razones por las que me apasiona la lectura es esa: se trata de una de las pocas actividades que me obligan a provocar un clima de silencio. Con todos los riesgos que ello implica.

Anónimo dijo...

La tristeza escondida en el corazón
Por qué tanta melancolía?
Nací llorando a gritos, y al poco
tiempo me entretenía con mi risa ,
El mundo era inmenso y todo era maravilloso.
La lluvia mojaba mi rostro cuando saltaba los charcos con mis amarillas botas de goma.
Los abrazos consoladores de mis compañeras en la primaria y los aplausos cuando nos fugabamos.
Me robaron el primer beso y me estremecí con el primer amor.
Vida salió de mi cuerpo en el mayor milagro de resurrección.
En cada persona hay pasado y futuro de generaciones. Sólo el presente es mío y lo viviré a concho y lo compartiré con todos los que me sonrían o quieran tocar mi mano. Abrazame que quiero conocer tu mundo.