el cuidado esencial

lunes, mayo 21, 2007

No es lo mismo tener cuidado que poner cuidado... Poner cuidado en las cosas, las personas, los seres amados es posar nuestra preocupación suavemente en ellos, sin prevenciones, sin presiones, sin hacer de nuestro amor un lazo que les ate de pies y manos, que les inmovilice. Poner cuidado es dejar caer nuestra mirada sin que se note, delicadamente, sobre la vida de los que nos importan, más allá de cada gesto, de cada instante de indecisión y turbulencia en la vida de los que nos rodean... y en la propia.

No se trata de una hipocondría de las emociones, sino de la comunión íntima con aquello que nos rodea. Comenzando por nuestro cuerpo, nuestra casa, nuestra gente... Se trata de la sutil intervención en las vidas que nos conforman, se trata de poner en orden de vez en cuando la casa, de poner a punto los huesos y de sacar del alma las telarañas.

Martín Gaite en Nubosidad variable hacía que su personaje protagonista limpiara la descuidada cocina del "refu" de sus hijos para ayudarla a poner en orden sus propios pensamientos, sus sentimientos, su vida. Poner cuidado en cada gesto re-ordena los afectos tanto como hacer "limpieza general" re-hace nuestro entorno. El cuidado esencial (término que le tomo prestado a L. Boff) es esencial para nuestro cuidado. Para estar a gusto, para tener paz, para seguir caminando... hemos de poner en nuestros gesto, en las miradas, en las palabras... algo de ese cuidado exquisito del artesano que teje objetos únicos, irrepetibles y frágiles, como el ser amado, como la vida.

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